Después del almuerzo suele aparecer esa sensación de cansancio que te quita energía para seguir con la jornada. Muchos se preguntan si una siesta corta puede marcar la diferencia, y la respuesta es más interesante de lo que pensás. Dormir apenas 20 minutos puede convertirse en un hábito clave para mejorar tu bienestar sin afectar el descanso nocturno.
Un descanso breve que activa tu cerebro
La siesta de 20 minutos se conoce como power nap. Al limitar la duración, el cuerpo se mantiene en fases ligeras del sueño, evitando la pesadez o desorientación que ocurre cuando se entra en etapas más profundas. Por eso, al despertar no solo te sentís más fresco, sino también más enfocado y listo para retomar tus actividades.
Qué beneficios podés obtener
- Mayor alerta y concentración: un descanso corto mejora la atención y reduce la fatiga mental.
- Memoria fortalecida: ayuda a consolidar lo que aprendiste durante la mañana.
- Mejor rendimiento en el trabajo o estudio: aumenta la capacidad de resolver problemas y tomar decisiones rápidas.
- Estado de ánimo positivo: reduce la irritabilidad y aporta sensación de bienestar.
- Corazón cuidado: quienes practican siestas cortas muestran menor riesgo de presión alta y estrés acumulado.
El momento ideal para la siesta
Los especialistas recomiendan dormir entre la 1 y las 3 de la tarde. Es el período en el que el cuerpo experimenta una caída natural de energía, por lo que el descanso resulta más reparador. Dormir después de ese horario puede dificultar el sueño nocturno.
Consejos para aprovechar al máximo los 20 minutos
Clave | Recomendación |
---|---|
Duración | No superar los 20 minutos para evitar entrar en sueño profundo. |
Ambiente | Buscar un lugar oscuro, fresco y silencioso. |
Despertador | Programar alarma para cortar a tiempo. |
Coffee nap | Tomar un café antes de dormir potencia el efecto: la cafeína empieza a actuar justo al despertar. |