En una jornada histórica para el catolicismo, Robert Prevost fue elegido como el nuevo Papa por el Cónclave reunido en la Santa Sede. Tras la fumata blanca de este martes, el anuncio oficial confirmó que adoptará el nombre de León XIV, convirtiéndose así en el decimotercer pontífice en la historia de la Iglesia en llevar ese nombre.
La elección de un nombre ya utilizado en anteriores pontificados no es un detalle menor. En el caso de León, es el sexto nombre más repetido entre los papas, lo que suele interpretarse como un gesto simbólico de continuidad doctrinal y una referencia directa a figuras claves dentro de la tradición eclesiástica.
Un legado con siglos de historia
El primero en portar el nombre fue León I, conocido como “El Grande”, cuyo pontificado comenzó en el año 440. León I es recordado por su célebre encuentro con Atila el Huno, a quien disuadió de invadir la península itálica. Fue declarado santo y su festividad se celebra cada 10 de noviembre.
El último pontífice que eligió ese nombre fue León XIII, quien lideró la Iglesia entre 1878 y 1903. Su legado incluyó la formulación de la doctrina social de la Iglesia, con énfasis en la defensa del salario justo y el derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos, diferenciándose del socialismo pero asumiendo compromisos concretos con la justicia social.
El perfil de León XIV
Antes de ser elegido Papa, Robert Prevost se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos dentro de la Curia Romana, una posición de suma relevancia que le fue confiada por el Papa Francisco. Desde ese rol, participó activamente en el nombramiento de obispos en diócesis de todo el mundo.
Con su elección, se abre una nueva etapa para la Iglesia Católica, con la expectativa de que su papado conserve y profundice muchos de los lineamientos pastorales promovidos por su antecesor.
Primeros gestos del nuevo pontífice
En su primer mensaje como León XIV, el Papa expresó un sentido agradecimiento al Papa Francisco y dedicó palabras especiales a su Diócesis de Perú, marcando un fuerte vínculo con sus raíces.
Además, la elección de su nombre y su primer discurso fueron acompañados por múltiples reacciones internacionales.