Las intensas lluvias caídas en las últimas 48 horas han generado un profundo impacto en las distintas regiones productivas de la provincia de Buenos Aires, que ya lidiaban con severas inundaciones y anegamientos. El centro-oeste de la provincia es uno de los más afectados, intensificando la crisis hídrica que afecta a numerosos productores.
Récords de lluvia y sus efectos en la producción agrícola
Julio ya había experimentado lluvias récord, y agosto ha continuado con esta tendencia. En varias localidades del noroeste bonaerense, los registros de lluvia se duplicaron e incluso quintuplicaron los valores normales para el mes. Por ejemplo:
- Baradero: 156 milímetros
- Chacabuco: 146 milímetros
- Pergamino: 126 milímetros
- Rosario: 102 milímetros
Los especialistas de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) advierten que la situación podría tener graves consecuencias sanitaras, especialmente para los cultivos de trigo, que hasta ahora mostraban un estado favorable. Se anticipa que los productores deban intensificar las aplicaciones de fungicidas en las próximas semanas para mitigar las pérdidas.
Situación crítica en las regiones productivas
Un informe reciente señala que aproximadamente 700.000 hectáreas de campos en el centro-oeste de Buenos Aires se encuentran inundadas o anegadas, según la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). Actualmente, 10 partidos están afectados, siendo 9 de Julio y Pehuajó los más impactados.
El vicepresidente de la Sociedad Rural de 9 de Julio, Cristian Ares, expresó que “la situación es muy complicada”, indicando que las precipitaciones oscilaron entre 70 y 120 milímetros, superando con creces la media anual de 800 a 900 milímetros. Además, técnicos reportan que el 40% de la superficie del partido tiene exceso de agua en el suelo, generando anegamientos que aíslan muchos campos.
Pronósticos y proyecciones para el futuro inmediato
Los pronósticos meteorológicos anticipan un nuevo frente frío que podría generar más precipitaciones en el centro y sur de Buenos Aires. Los expertos subrayan la necesidad de que los suelos tengan al menos una semana de descanso para evitar condiciones que puedan afectar negatiavamente a los cultivos.
A pesar de la crisis hídrica, la abundancia de agua asegura reservas óptimas para los cultivos de trigo y la próxima siembra de granos gruesos, lo que presenta un potencial productivo que podría ser histórico. Sin embargo, la incertidumbre sobre los impactos de las condiciones climáticas sigue marcando la agenda para los productores.