Una situación inédita y profundamente delicada atraviesa la Asociación de Bomberos Voluntarios de Punta Alta, luego de que un integrante del propio cuerpo activo iniciara acciones legales contra la institución, reclamando que los viáticos percibidos por cumplir guardias como cuartelero sean reconocidos como salario, bajo la figura de una relación laboral encubierta.
El caso generó conmoción interna y alarma en la comunidad, no solo por el impacto económico que podría tener, sino también por lo que representa en el corazón mismo del sistema de voluntariado.
El presidente de la Asociación, Julio Chanquía, confirmó que la demanda asciende a más de 46 millones de pesos, cifra que incluye el monto reclamado originalmente, más intereses, actualizaciones y costas judiciales. “Fue un balde de agua fría para todos”, reconoció.
El eje del conflicto
La controversia gira en torno al rol del cuartelero, una función clave dentro del cuartel: atender teléfonos y radios, activar alarmas y despachar las emergencias. Se trata de guardias presenciales de 12 o 24 horas, que históricamente son cubiertas por bomberos voluntarios que reciben un viático o compensación, destinado a cubrir gastos, pero no un sueldo, dado el carácter voluntario de la institución.
“Es algo interno. Es un bombero que integra actualmente el cuerpo activo y que estuvo cubriendo guardias. La Asociación le paga un viático por esos turnos”, explicó Chanquía en declaraciones a Radio Rosales.
El dirigente fue contundente al describir el planteo judicial: “Esta persona se confundió, se consideró un empleado. Reclama 46 millones de pesos más las costas. Es un tema que comisiones anteriores ya conocían y se fue dilatando, pero ahora la demanda está presentada y no hubo posibilidad de negociación”.
Un golpe al sistema de voluntarios
Más allá del aspecto legal, el impacto simbólico del reclamo es profundo. Desde la institución advierten que una sentencia adversa podría comprometer seriamente las finanzas del cuartel, que se sostiene sin fines de lucro y gracias al aporte comunitario.
“El cuartelero tiene que ser bombero, porque es el corazón de la actividad. Es quien despacha las emergencias. Reciben un reconocimiento económico dentro de las posibilidades de la comisión, pero no es un salario”, remarcó Chanquía.
Visiblemente afectado, el presidente expresó el dolor que atraviesa a la institución: “Duele muchísimo que un bombero actúe contra su propio cuartel. No sabemos qué lo llevó a esta situación ni quién lo asesoró. Nosotros trabajamos para generar recursos, para que el bombero tenga su equipamiento y pueda salir a salvar vidas, no para afrontar juicios laborales”.
Clima interno y preocupación
Según publicó el diario El Orden, la Comisión Directiva no tiene facultades para aplicar sanciones disciplinarias al demandante, ya que esas decisiones corresponden a la Jefatura del Cuerpo Activo. Sin embargo, reconocen que el clima interno es tenso y complejo, ante una demanda de semejante magnitud que pone en riesgo la estabilidad económica de la institución.
El caso ya trasciende a Punta Alta y despierta preocupación en otros cuarteles bonaerenses, que observan con atención un conflicto que podría sentar un precedente sensible para todo el sistema de Bomberos Voluntarios.
















