Búsqueda desesperada: Creyó que su bebé había muerto y el padre le confesó que “lo entregó”

Susana Samaniego de 55 años, está desde hace más de tres años tras el rastro de su hijo, porque cuando el nene nació, su padre le dijo que murió durante el parto, pero el señor días antes de morir, le confesó que el bebé había sido entregado a otra familia. Al conocer la verdad, lo busca sin descanso.

La madre puntualizó que “Lo queremos conocer, que sepa su verdadera identidad, pero principalmente que nadie lo regaló ni lo vendió”.

La mujer quien es nativa de la ciudad de Mar del Plata, a mitad del 2016 uno de sus hermanos le dijo que su padre estaba en delicado estado de salud.

El padre de Susana, estaba internado en una clínica de la localidad bonaerense de Moreno, así que ella asistió al lugar para brindarle los cuidados necesarios. Samaniego dice que a la segunda visita donde no lo veía con buen pronóstico, su progenitor le pidió “perdón” sin ella entender nada, porque él fue un padre ejemplar.

Mientras el padre de Susana estaba conmocionado, se descompensaba cada vez más y es cuando le confiesa que su hijo no murió sino que fue dado a otra familia. “Cuando escuché eso, casi me muero, encima estaba sola, porque mi marido se había quedado en Mar del Plata. No sabía cómo manejar esa información, la angustia y la desesperación eran enormes”.

Lo vivido por Susana ese 19 de febrero del año 1984, día en el que nació su hijo pero que su padre le mintió al decirle que había muerto, la hizo experimentar al conocer la verdad un cúmulo de sensaciones ligadas e intensas además de parecidas a aquel día de supuesta pérdida, lo cual le costó varios años para poder convivir con ese duelo.

La mujer describió que: “estaba muy depresiva, intenté quitarme la vida, y por aquellos años mi esposo encontró un niño abandonado en un colectivo. Lo trajo a casa y estuvo con nosotros, muy feliz, hasta que apareció su abuela”. Luego del nacimiento de su hija Vanesa, hoy de 34 años, “amamanté a las mellizas de una vecina. Por esos tiempos también iba al cementerio a llevarle flores a mi hijo, llamado Julián, hasta que un día se me vino el mundo abajo una vez más, porque veo que su tumba estaba vacía. Fue terrible”.

La confesión de la verdad produjo que se iniciara una ardua búsqueda en las redes sociales que no siguió, porque la desesperación y el pesar de desconocer el paradero de su hijo se tradujeron en  varias afecciones físicas. “Hace más de una semana retomé la difusión en las redes sociales, gracias a Clara, una vecina, que me dijo: Tenés que buscarlo, no bajes los brazos. Debés saber quién es”.

Así que, Susana dispuesta a encontrarlo, le mandó un mensaje a Julián, porque quiere que: “sepa que fue fruto del amor con su padre y que ambos lo estamos buscando. Lo queremos conocer, que sepa la verdad, dejarle en claro que nadie lo regaló ni lo vendió, que debe saber su identidad y que tiene unos hermanos maravillosos, sobrinos, todos lo buscan”.

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