El equipo económico del presidente Javier Milei se enfrenta a críticas por la breve vigencia de las retenciones cero, que solo permanecieron en efecto durante tres días. Esta rápida reactivación de la normativa se debió a que se agotó el cupo de U$S 7.000 millones en Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) en un tiempo récord. Juan Pazo, titular del ARCA, apoyó la decisión y afirmó que el sector agropecuario fue el principal beneficiado.
¿Cómo repercutieron las retenciones cero en el mercado agropecuario?
Pazo subrayó que la eliminación temporal de las retenciones permitió al Gobierno consolidar la balanza del BCRA y otorgar previsibilidad al mercado. Según el funcionario, el mayor beneficiario de esta medida fue el campo, que históricamente ha sufrido en tales contextos.
Además, anticipó que los efectos de la medida se verán reflejados en los precios que recibirán los productores. La gestión de Milei, según Pazo, se basa en la premisa de que cuando existe espacio fiscal, es posible reducir impuestos. Detalló que la reducción incluye economías regionales a cero, baja de aranceles para insumos productivos y una reducción del 20% en retenciones para carnes y granos.
¿Qué opinan los líderes del sector sobre esta situación?
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, expresó su preocupación al señalar que desde anoche comenzamos a evaluar cómo se desarrolló esta situación y la posibilidad de que el beneficio no haya llegado a los productores genuinos. En referencia a una posible maniobra entre el Gobierno y las cerealeras, Pino comentó: Quiero pensar que la intención era otra porque sino la frustración va a ser grande.
¿Por qué la medida generó desconfianza entre los productores?
La Agencia de Recaudación Tributaria y Control Aduanero (ARCA) anunció que a menos de 72 horas de instituir las retenciones cero, el cupo de U$S 7.000 millones se completó, lo que provocó incertidumbre en los productores agropecuarios. Muchos se preguntan si hubo un acuerdo previo entre el Gobierno y las grandes cerealeras.
Matías Longoni, periodista especializado, argumentó que al permitirse esta ventana, las agroexportadoras registraron soja ya adquirida a los productores con retenciones descontadas, pero ahora sin el tributo estatal. Esto significa que, tras la reactivación de las retenciones, los productores tendrán que pagar nuevamente. Así, el beneficio no llegó a la cadena comercialización, dejando a los productores en una situación desfavorable.
Si bien la operación de las empresas fue transparente según Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de Exportadores, la interpretación generalizada cuestiona la eficacia del plan. Idígoras subrayó que el tope actuó como presión para aumentar los registros de embarque y que hubo un esfuerzo financiero considerable por parte de las compañías para alcanzar el cupo establecido.