Murió Kshamenk, la orca rescatada en 1992 y que vivía en Mundo Marino

Este domingo por la mañana falleció Kshamenk, la orca que había sido rescatada tras un varamiento en San Clemente del Tuyú, según confirmaron oficialmente desde Mundo Marino. El animal murió a causa de un paro cardiorrespiratorio, y todo indica que el desenlace estuvo vinculado a su avanzada edad.

“Con inmenso dolor queremos comunicar que en el día de hoy, rodeado de sus cuidadores y del equipo veterinario, Kshamenk nos dejó”, expresaron desde la institución.

Una vida marcada por el cuidado y la dedicación

Kshamenk había sido rescatado en febrero de 1992, cuando aún era un cachorro, luego de un varamiento en San Clemente del Tuyú en la Ría de Ajó, en la zona que desemboca en la Bahía de Samborombón. La alerta había sido dada por vecinos que informaron sobre cuatro animales varados, aunque al llegar los especialistas sólo encontraron a una pequeña orca en estado crítico.

Pese a los múltiples intentos por lograr su reinserción, el animal estaba demasiado débil y sin su grupo familiar, lo que volvió inviable su regreso al mar. Con la autorización de las autoridades nacionales y la recomendación de expertos internacionales, se resolvió trasladarlo a las instalaciones de Mundo Marino para iniciar un proceso de rehabilitación.

Por qué nunca pudo volver al mar

Desde la institución explicaron que, además de su frágil estado de salud, Kshamenk había perdido a su grupo social, un aspecto clave para la supervivencia de las orcas. Estos animales viven en grupos matriarcales, donde las crías aprenden a cazar y a sobrevivir acompañadas por su madre y el resto del grupo.

“La ausencia de ese entorno hacía imposible su supervivencia en la naturaleza”, señalaron. Con el tiempo, Kshamenk se habituó al contacto humano y reconoció a sus cuidadores como su nuevo grupo social, lo que terminó de cerrar cualquier posibilidad de reinserción.

Gracias al seguimiento permanente, vivió más de 33 años, superando la expectativa de vida promedio de una orca macho en libertad.

El dolor del equipo que lo acompañó durante décadas

El jefe veterinario de Mundo Marino, Juan Pablo Loureiro, expresó: “Es muy difícil describir el dolor que sentimos por la partida de Kshamenk. Con él se fue una parte de cada uno de nosotros. Era parte de nuestra familia. Nos queda la tranquilidad de haberlo cuidado con todo nuestro amor”.

En la misma línea, Florencia Speciale, una de sus cuidadoras, lo recordó con emoción: “Nos enseñó mucho sobre el amor y sobre cómo entendernos sin compartir el mismo lenguaje. Era curioso, dulce y buscaba nuestros mimos. Dejó una huella imborrable en nuestras vidas”.

Un legado que continúa

Desde Mundo Marino despidieron a Kshamenk “con profundo dolor”, pero reafirmaron su compromiso de seguir trabajando por la conservación de la biodiversidad marina desde el Parque Educativo y la Fundación.

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