El 26 de noviembre, ambas cámaras de la Legislatura bonaerense están convocadas a sesionar para aprobar un paquete de leyes impulsado por el gobernador Axel Kicillof. La fecha se torna crítica, ya que la nueva composición legislativa, fruto de las elecciones del 7 de septiembre, complica la posibilidad de reunir los dos tercios requeridos para la aprobación de un endeudamiento que, según el Ejecutivo, es fundamental.
Emergencia económica y un presupuesto cuestionado
El proyecto de presupuesto y la ley fiscal impositiva tienen dictámenes favorables, mientras las negociaciones para la ley de financiamiento continúan hasta último momento. La situación se agrava con un incremento de la deuda que, a juicio de muchos, representa un ciclo de endeudamiento para cubrir deudas previas. Desde el inicio del mandato de Javier Milei, la Provincia de Buenos Aires ha sentido los efectos de un estrangulamiento económico, con recortes que, según el gobierno bonaerense, superan los 12 billones de pesos.
La crisis ha derivado en la suspensión de obras públicas y en una disminución drástica de los fondos coparticipables, poniendo en jaque los servicios esenciales. La declaración de emergencia económica en la provincia tiene como objetivo habilitar la creación de un Fondo de Recupero de Deuda, el cual permitiría al Ejecutivo redirigir partidas a su criterio. Sin embargo, observadores advierten que este enfoque perpetúa una situación de precarización laboral y un sistema impositivo regresivo que afecta a los sectores más vulnerables.
Leyes que garantizan el endeudamiento
El proyecto de Ley de Financiamiento busca autorización para tomar una nueva deuda de USD 3.685 millones, el doble de lo solicitado en 2025. Esta deuda se destinaría en su mayoría a cubrir intereses y pagos de deudas anteriores, particularmente las adquiridas durante la gestión de María Eugenia Vidal. Aunque Kicillof califica la deuda anterior de “estafa”, su gestión ha continuado en un ciclo de pago que amenaza el salario de los trabajadores estatales.
Un presupuesto que no alcanza a cubrir la inflación
El presupuesto 2026 prevé un aumento de 20,2% en recursos y un 17,7% en gastos totales, pero ambos porcentajes se quedan cortos si se contrastan con la proyección inflacionaria. Para mantener el poder adquisitivo equivalente al presupuesto de 2023, Kicillof debería haber destinado al menos 10,3 billones más. Esta falta de recursos limitan severamente la capacidad del gobierno para invertir en educación y salud, áreas que ya se sienten desbordadas.
Impacto en educación y precarización laboral
El área de educación es una de las más afectadas, recibiendo solo el 24,78% del presupuesto, un nivel que recuerda a los peores momentos del gobierno de Vidal. A pesar de las promesas de mejoras en infraestructura y formación docente, el presupuesto no contempla la creación de nuevos cargos docentes, lo que ha llevado a una caída en las horas cátedra.
Salarios en una situación crítica
La falta de creación de nuevos cargos se extiende a los más de 20.000 becarios en el sector salud, que continúan trabajando sin reconocimiento laboral ni derechos. El gasto en personal únicamente aumenta un 15,2%, lo cual también se ve superado por la inflación. Esta situación ha llevado a la pérdida de aproximadamente 31,8% del poder adquisitivo en los seis años de Kicillof.
Políticas de género y vivienda: recortes preocupantes
Las políticas de género han sido criticadas por su escaso presupuesto, con apenas 0,05% asignado al Ministerio de Mujeres. Al mismo tiempo, los fondos destinados a vivienda y trabajo han disminuido en un 50% en comparación con años anteriores, exacerbando la crisis habitacional en la provincia.
La movilización como respuesta al ajuste
A medida que se acerca la fecha de la sesión legislativa, la presión social y la resistencia de los trabajadores se hacen cada vez más evidentes. Organizaciones sindicales y movimientos sociales han comenzado a movilizarse, reconociendo la necesidad de un alineamiento crítico frente a las medidas que desplazan la carga financiera sobre los más vulnerables.














