Son muchas las personas que percibieron el aumento brusco en sus facturas de luz y gas los primeros días del mes. Al parecer, las sumas registradas no se explican a partir del plan de segmentación tarifaria y quita de subsidios en agenda pública.
El aumento no es consecuencia de la quita de subsidios, ya que esta se pondría en marcha para quienes corresponda, a partir del 31 de agosto. Pese a eso, el aumento se produjo efectivamente en las facturas que llegaron a los hogares estos días.
En algunos casos se registró un 178% de aumento con facturas de hasta $6.000. ¿Cuál es el motivo? al parecer intervienen dos factores que vienen de atrás en el tiempo y se registran con cierta demora.
La suba del precio de la energía fue autorizada por el Gobierno para junio, una suba promedio del 16% para la luz y hasta el 25% para el gas. El cambio se constata comparando las facturas. El aumento comenzó a ejecutarse a mediados de junio, con lo cual, las facturas que llegaron en julio tenían solo algunos días de consumo a ese valor (promediado al valor viejo) pero las de agosto tienen impacto pleno.
El aumento del consumo por el inicio de los días fríos. En julio la factura aun tenia los días más cálidos de mayo, en agosto la estacionalidad recrudece y se refleja en el valor, pues el consumo aumenta.
A su vez, para intentar promover el cuidado de la energía, existe una penalidad que encarece la factura: si el usuario consume mayor cantidad de energía que en el mismo periodo del año anterior. Por el contrario, si consume menos, es premiado con una bonificación.
Las fuentes del sector de electricidad y gas afirmaron que aun no existe aumento alguno derivado de la segmentación. Es más, las empresas no han recibido los listados de las personas a las que se le aplicará el aumento ni saben cuál es el porcentaje de suba que deberán trasladar.
