Condenaron a perpetua a Matías Ezequiel Martínez, el femicida de Úrsula Bahillo

Francisco Díaz

Matías Ezequiel Martínez fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Úrsula Bahillo, la joven de 18 años que fue asesinada en la ciudad de Rojas, provincia de Buenos Aires, en febrero pasado.

Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Junín, integrado por los jueces Carina Piegari, Claudia Dana y Esteban Melilli, condenaron al exagente de la Policía Bonaerense por el delito de homicidio doblemente calificado.

El fiscal Sergio Terrón había solicitado que Martínez, de 26 años, fuera condenado a prisión perpetua por el “homicidio triplemente agravado por el vínculo, por alevosía y por femicidio”.

Por su parte, el abogado de la familia de la joven asesinada, Emiliano Basso, acompañó el pedido del representante del Ministerio Público Fiscal.

En tanto, la defensa del expolicía pidió que Martínez fuera condenado por un “homicidio en exceso de la legítima defensa”.

El juicio por el femicidio de Úrsula Bahillo

El juicio comenzó el pasado viernes 3 de diciembre. En la única audiencia del debate declararon unos diez testigos, entre ellos el padre de la víctima, y Martínez, el único acusado del juicio, quien de acuerdo a los voceros, aseguró ante el tribunal que no tuvo intenciones de matar a la joven y que ella lo “agredió” en primera instancia.

El acusado permanece detenido en la Unidad Penal 49 de Junín y el pasado 22 de febrero fue condenado por el juez en lo Correccional 1 de esa ciudad, Héctor Alberto Barbera, por los delitos de “lesiones leves agravadas en concurso con amenazas agravadas”, en perjuicio de una expareja atacada en 2017.

El crimen de Úrsula Bahillo

Úrsula Bahillo fue hallada asesinada a puñaladas el lunes 8 de febrero último cerca de las 20.30, entre unos pastizales en un campo a la altura del paraje Guido Spano, a 13 kilómetros de Rojas, provincia de Buenos Aires.

En ese mismo lugar la policía apresó a Martínez herido, ya que tras el crimen se clavó el cuchillo en el abdomen.

El femicidio se descubrió tras un llamado al 911 de un tío del imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque le confesó que “se había mandado una cagada”.

El joven policía de 26 años era la pareja de Úrsula y tenía prohibido acercarse a ella debido a que la joven de 18 años ya que lo había denunciado en varias ocasiones por violencia de género.

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