Bahía Blanca: familia asegura que su casa está “embrujada” y decidieron mudarse

Sofía Martínez

Una familia de Bahía Blanca debió abandonar su casa donde vivían tras asustarse en repetidas ocasiones. Según su información, sentían que una presencia corría y saltaba sobre la vivienda hasta el amanecer.

La familia contó la terrorífica historia de su “casa embrujada”, donde llegaron a dormir con Biblias apoyadas en el pecho y hasta solicitaron la ayuda de videntes o parapsicólogos.

Mario, el padre de dos hijas y marido de Carina dijo: “No sabría decir por qué pasaba, pero recuerdo cómo empezó todo. Una noche escuchábamos ruidos, como si alguien corriese en el techo, y lógicamente, pensamos que había algún ladrón. Prendí la luz del patio y salí, pero no había nadie”.

Los pasos siguieron repitiéndose por las noches y la pareja se comunicaba por teléfono con sus vecinos, quienes les aseguraban no ver a nadie sobre el techo. “Cuando se iba el sol empezaba el infierno y apenas podíamos dormir”, dijo el hombre.

La mujer contó que esa casa ubicada en las calles Remedios de Esalada y Sócrates, pertenecía a su familia y que la mayoría de los episodios ocurrían de noche: “Cuando esta presencia se manifestaba, nos metíamos a la habitación los cuatros juntos y hasta el amanecer no dejábamos salir a los chicos ni para ir al baño. Teníamos terror“, explicó Carina.

Una noche se escuchaban los ruidos de alguien saltando al lado de la cama y salimos corriendo de la habitación, aterradas“, contó Melisa, una de las amigas de la pareja que fue testigo de los hechos.

Mario aseguró que se escuchaban pasos de una persona con mucha claridad: “Se escuchaban como saltos en el techo, que empezaban a caminar, luego corrían y en algún momento se escuchaba cómo si alguien saltara hacia el patio. Era aterrador”.

“Después de varios días subí al techo y, a pesar de estar arriba y no ver a nadie, se seguía escuchando cómo corrían sobre las chapas. Esa vez tuve terror y de hecho me tiré sin pensarlo. Esa noche decidimos abandonar la casa a las 2 de la madrugada y no volvimos nunca más“, señaló Mario.

Compartir este artículo