La ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, criticó fuertemente a los docentes y pide “denunciar” cuando perciban actos de “adoctrinamiento” en las escuelas.
La raíz del conflicto se centra en el perfil que se define sobre qué es ser docente. “La gran discusión sobre el tema tiene que ser cómo enseñamos a enseñar, porque un docente que aprende bien sabe que tiene que enseñar a pensar, no en decir qué pensar“, expresó Acuña.
Además aseguró que las clases virtuales le dieron la oportunidad a las familias para que “vean que pasaba adentro del aula, ya que antes el docente cerraba la puerta y todo quedaba entre ellos y los chicos”.
Por otra parte, se refirió a la formación docente: “tiene que ver con la raíz, con la formación y el perfil de quienes eligen estudiar, que eligen militar en lugar de hacer docencia”. Según Acuña la izquierda ha tomado mucha fuerza y los estudiantes van teniendo un rumbo más claro. Las personas que eligen esta carrera han fracasado en otras anteriores y la tienen casi como última opción.
La opinión de los gremios docentes
Angélica Graciano, secretaria general de la UTE, acusó a la ministra de estar “enojada porque los docentes no aceptan sus designios” y de estar “en campaña para largar su candidatura”.
Y también agregó que “la ministra no acepta la libertad de cátedra y este tipo de práctica te lleva a los lugares más oscuros de la dictadura. Una vez más intenta marcar agenda y desconoce la gesta educativa que los docentes llevan adelante para garantizar las clases“.
El secretario de Ademys, Jorge Adaro también expresó su disconformidad de las palabras de la ministra y se atrevió a tildarla de “fascista“. “Es una barbaridad que pidan la no ideologización de los docentes, que pongan plantas en las aulas entonces”.
