Una joven mendocina de 32 años se recibió de profesora tras perder a su hijo de 12 años por un daño cerebral y a sus padres por coronavirus durante la pandemia.
“De vivir con ellos tres, que eran mi razón de existir, quedé sola. Fueron tres golpes muy duros, difíciles de sobrellevar: sentí que ya no tenía por quién seguir luchando”, declaró Rocío Barberá.
La mujer perdió a sus dos padres producto del coronavirus con sólo un mes de diferencia. En abril del año pasado, su madre ingresó con la enfermedad a una clínica de la ciudad de Luján de Cuyo y falleció un mes después. Por su parte, su padre, también contrajo la enfermedad en mayo y murió.
Sin embargo, el golpe más duro fue en noviembre. Valentino, su hijo de 12 años, sufrió una descompensación por un daño cerebral que sufría desde su nacimiento y murió.
El pasado 17 de diciembre rindió su última materia y se recibió de profesora en medio de los golpes de la pandemia. “Siempre había soñado con salir del examen y abrazar a mis padres, agradecerles y darles la alegría de la meta cumplida. Ellos fueron pilares fundamentales para que pudiera criar a Valentino. No se me dio, pero en cambio estuvieron mis hermanos, sobrinos y amigos de fierro que supieron apoyarme desde todo momento”, explicó.
