Se cumplen 20 años de la crisis del 2001 y la caída del Gobierno de Fernando de la Rúa

Francisco Díaz

Estos 19 y 20 de diciembre de 2021 se cumplen 20 años de la caída del gobierno de la Alianza, que encabezaba el radical Fernando de la Rúa, quien terminó abandonando la Casa Rosada en helicóptero tras dos años de gestión.

Esos días estuvieron atravesados por un estallido social que fue reprimido en el marco de un Estado de sitio, dejando un saldo de 38 muertos, cientos de heridos y 4000 detenidos en todo el país.

Si bien el país atravesaba una situación de recesión desde 1989, la crisis económica se agudizó, llegaba el fin de la Convertibilidad y la medida del “corralito” implementada por el ministro de Economía Domingo Cavallo, que limitó a 250 pesos/dólares la extracción de dinero en los bancos, escaló el malhumor social expresado en cacerolazos que se reiteraban cada noche en distintos puntos del país.

Como respuesta al estallido, De La Rúa anunció el 19 de diciembre de 2001, poco después de las 19 y mediante una cadena nacional, que había decidido “decretar el Estado de sitio para asegurar la ley, el orden y terminar con los incidentes”.

En ese sentido, argumentó que “los hechos de violencia ponen en peligro personas y bienes, y crean un cuadro de conmoción interior. Así como dispuse medidas de emergencia para asistir a los más necesitados, decidí poner límites a los violentos”.

Tras el anuncio, se registraron diferentes protestas a lo largo del país y una multitud se concentró esa noche en la Plaza de Mayo al grito de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, consigna que se generalizó y se volvió uno de los lemas que caracterizó las protestas.

En un intento de controlar las manifestaciones y el caos social, el Gobierno desplegó a las fuerzas de seguridad, que reprimieron a quienes se habían movilizado.

La Quinta de Olivos también fue rodeada de gente con las mismas consignas. Una guardia perimetral de la Policía Bonaerense -que respondía al gobernador Carlos Ruckauf- fue levantada a medianoche, dejando desguarnecida la residencia presidencial, donde se encontraba De la Rúa. Algunos manifestantes treparon los paredones y se quedaron en los muros. De pasar hacia el interior de la quinta, los esperaban tres líneas de fuego en defensa del presidente de la Nación.

Tanto las protestas como la violencia policial se extendieron hasta la tarde del 20 de diciembre. Se calcula que durante la extensa jornada unas 38 personas fueron asesinadas en todo el país.

Durante la madrugada, una multitud se concentró en Palermo frente a la casa de Cavallo, quien finalmente anunció su renuncia y que dejaría el país junto a su familia. En simultáneo, otro masivo grupo seguía en Plaza de Mayo, donde la Policía Federal reprimió con gases lacrimógenos.

Los incidentes fueron creciendo y se extendieron a lo largo de la Avenida de Mayo hasta la 9 de Julio donde grupos de militantes de izquierda se enfrentaban con las fuerzas de seguridad. Y lo mismo se replicó en las principales ciudades del país.

A las 16, De la Rúa anunció por cadena nacional que no dejaría la Presidencia y, durante el mensaje que duró 11 minutos, convocó a un acuerdo para reformar la Constitución.

Se trató de una “última jugada” para recomponer la situación de su Gobierno. Pero poco después, recibió la llamada de los líderes del PJ, quienes consideraron que “ya era tarde” para probar con algo así.

Luego de no haber recibido apoyo redactó su renuncia de puño y letra, dirigida al presidente provisional del Senado, Ramón Puerta: “Confío en que mi decisión contribuirá a la paz social y a la continuidad institucional de la República”.

Poco después de las 19, cuando ya la policía usaba balas de verdad contra los manifestantes, De la Rúa dejó la Casa Rosa y su gobierno, en el helicóptero presidencial. La imagen se convirtió en un símbolo de la caída del proyecto político y económico de la gestión de la Alianza, una coalición entre la UCR y el Frepaso.

El 21 de diciembre, por la mañana, concretó su última acción: derogó el Estado de sitio. A su salida, le sucedieron cinco presidentes en una semana. Finalmente, Eduardo Duhalde ocupó el sillón de Rivadavia hasta 2003, cuando Néstor Kirchner asumió como jefe de Estado.

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