El calendario fiscal del próximo año vuelve a poner en primer plano uno de los trámites más sensibles para millones de pequeños contribuyentes. Con cambios periódicos en los ingresos y en los costos de la actividad, revisar la situación impositiva no solo evita sanciones, sino que también permite sostener la continuidad dentro de un régimen pensado para simplificar obligaciones.
Qué es la recategorización del Monotributo
La recategorización del Monotributo es el proceso mediante el cual los contribuyentes deben revisar y actualizar su categoría en función de los parámetros acumulados durante los últimos 12 meses.
Se analizan, principalmente:
- Ingresos brutos anuales.
- Superficie afectada a la actividad.
- Monto de alquileres devengados, si corresponde.
- Consumo de energía eléctrica, según el tipo de actividad.
El objetivo es que cada monotributista tribute de acuerdo con su capacidad económica real y se mantenga dentro de los límites que establece el régimen simplificado.
Por qué el trámite es obligatorio
El Monotributo fue diseñado para pequeños contribuyentes y cuenta con topes máximos. Cuando esos límites se superan, corresponde:
- Subir de categoría.
- Evaluar el pase al régimen general si ya se está en la categoría máxima.
No se trata de un paso administrativo menor, ya que no cumplir en tiempo y forma puede derivar en sanciones o exclusiones automáticas.
Cuándo hay que recategorizarse en 2026
Durante 2026 habrá dos instancias obligatorias para realizar la recategorización.
Primera recategorización del año
- Período a analizar: enero a diciembre de 2025.
- Fecha límite: 20 de enero de 2026.
- Vigencia de la nueva categoría: febrero de 2026.
Segunda recategorización del año
- Período a analizar: julio de 2025 a junio de 2026.
- Fecha límite: 20 de julio de 2026.
- Vigencia de la nueva categoría: agosto de 2026.
Estas fechas suelen repetirse cada año, aunque pueden ser modificadas por resolución de la AFIP.
Cómo saber si tenés que recategorizarte
Antes de iniciar el trámite, es clave revisar los números de la actividad. Debés verificar si alguno de los parámetros supera el límite de tu categoría actual.
Tené en cuenta:
- Facturación total de los últimos 12 meses.
- Metros cuadrados utilizados para trabajar.
- Consumo anual de electricidad, cuando aplique.
- Alquileres pagados por el lugar donde desarrollás la actividad.
Si uno solo de estos ítems excede el tope permitido, corresponde cambiar de categoría.
Cómo funcionan las categorías del Monotributo
El régimen se organiza en categorías identificadas por letras, desde la A hasta la K para servicios y hasta la H para la venta de bienes.
Cada categoría contempla:
- Un tope de facturación anual.
- Una cuota mensual fija.
- Un aporte jubilatorio.
- Un aporte a la obra social.
Los valores se actualizan periódicamente, y las categorías superiores permiten facturaciones de varios millones de pesos anuales, de acuerdo con los ajustes vigentes.
Qué pasa si no recategorizás en fecha
No cumplir con la recategorización obligatoria puede generar consecuencias importantes para el contribuyente.
Entre las principales se encuentran:
- Multas económicas, que pueden partir desde los $5.000 y escalar según la gravedad del incumplimiento.
- Recategorización de oficio, realizada por la AFIP en base a datos propios como facturación electrónica y movimientos bancarios.
- Exclusión del Monotributo si se superan los topes máximos del régimen.
En caso de exclusión, el contribuyente pasa automáticamente al régimen general, lo que implica:
- Inscripción en IVA.
- Pago de Ganancias o Bienes Personales, según corresponda.
- Mayor carga administrativa y contable.
Además, si se estuvo pagando una categoría inferior a la real, ARCA puede reclamar la diferencia retroactiva con intereses, generando una deuda acumulada difícil de regularizar.














