Son unos 17 mil huevos; casi 1.500 docenas. Ya es una tradición: se rompen uno a uno y se van vertiendo en grandes cacerolas mientras que a pocos metros se va preparando el fuego para calentar el gigantesco sartén de más de 4 metros de diámetro.
Así, ante miles de ojos curiosos se van salteando el jamón, los vegetales, se agregan los huevos al unísono y se revuelve pacientemente durante unos 45 minutos para servir las aproximadamente 8 mil porciones en forma gratuita a todos los que quieran una; o dos. Esa es la receta del omelette más grande de todo el planeta, y es la que se viene haciendo en Pigüé desde hace 17 años para el aniversario de la fundación de la ciudad. Y el número 131 no fue la excepción.
Fue la culminación perfecta para un fin de semana de fiesta y con un cierre a toda música, con Los Nocheros cantando –al cierre de esta edición- para miles de personas en el parque Fortunato Chiappara, en el que no faltaron los patios de comida, los artesanos, el desfile cívico-institucional y los espectáculos musicales.
Pero como ocurre año a año, la gran atracción fue la omelette, una de las ocho que se llevan a cabo en todo el mundo, la más grande y –según aquellos que han tenido la posibilidad de conocer las demás- la mejor organizada.
Ese título es un orgullo para todos, pertenezcan o no a la Cofradía Mundial de los Caballeros de la Omelette Gigante: cocineros, grandes maestres, quienes cuidan el fuego y quienes rompen los huevos. En las aproximadamente dos horas que dura el ritual, entre 20 y 30 personas van de acá para allá sin descanso, posando para las fotos, literalmente sufriendo los 70°C que se sienten junto a la sartén en plena cocción y miran satisfechos las larguísimas colas de comensales y repitentes.
Miguel Marcenac es el segundo Gran Maestre pigüense y tan sólo le queda una de estas ocho fiestas por conocer: la de Nueva Caledonia, en Oceanía.
“Podemos decir con orgullo que esta es la omelette más grande del mundo y también la mejor organizada. Para todos nosotros, eso es un motivo de orgullo. El trabajo que hacemos es enorme, pero muy gratificante”, destaca.
La de Pigüé, asegura, es la fiesta más grande de todas: en Bessières –donde nació la cofradía- se hacen dos omelettes de 7.500 huevos; en EE.UU. se usan 5 mil; en Canadá y Bélgica, 8 mil; y en la Costa Azul francesa, 10 mil.
“Para sumar más huevos habría que agrandar el sartén, y estamos pensándolo”, asegura.
Por su parte, el intendente de Saavedra, Hugo Corvatta, recalca que eventos de esta magnitud representan un gran empuje para el desarrollo turístico de la ciudad.
“La Omelette Gigante se ha convertido en uno de los ejes centrales del aniversario de nuestro pueblo, gracias a la labor de una comisión que viene hace 17 años trabajando con una gran tenacidad.Una de las cosas que más llama la atención es la pasión y dedicación que ponen en todo esto, que satisface y da fuerzas a todos los que venimos a colaborar o somos las autoridades de turno de la municipalidad. Ellos nos contagian ese entusiasmo”, asegura
Fuente: La Nueva.com