Un hombre adquirió un rodado en una concesionaria de Neuquén capital y el gestor se comprometió a inscribirlo sin cargo ante el Registro de la Propiedad Automotor de Cipolletti.
El problema fue que, cuando el comprador recibió los papeles de la transferencia, descubrió que estaba casado con una mujer que no conocía y, según los papeles, compartía el 50% de la titularidad del rodado con ella.
Una situación kafkiana
El flamante motociclista realizó una serie de trámites administrativos para probar su soltería. Lo primero que hizo fue presentarse en el Registro Nacional de las Personas, para que certificara que “el ciudadano se encuentra informado como de estado civil soltero, no habiéndose informado rectificación ni modificación del estado civil hasta el día de la fecha del otorgamiento del informe”.
Luego, tuvo que presentarse en el Juzgado de Paz de Cipolletti , donde ratificaron su soltería y el título de su moto.
No pudo conocerse el nombre de la mujer con la que, supuestamente, el hombre estaba “casado”, propietaria del 50% de la moto.
