Hoy se cumplen diez años de la fatídica jornada en la que ocho bomberos y dos rescatistas de Defensa Civil perdieron la vida mientras combatían un incendio en el depósito de la empresa Iron Mountain, ubicado en Barracas.
Las familias de las víctimas continúan su lucha por la justicia, exigiendo el inicio del juicio oral que condene a los responsables de la tragedia.
El siniestro, que tuvo lugar el 5 de febrero de 2014, se desató en la mañana cuando un incendio consumió el galpón donde se almacenaban archivos de empresas multinacionales, algunas de las cuales estaban bajo sospecha de lavado de dinero. Las llamas arrasaron con más de cuatro toneladas de cajas depositadas en la centenaria edificación de Azara 1245.
En abril pasado, la jueza Fabiana Palmaghini decretó el procesamiento y elevó el proceso a juicio oral y público contra una veintena de imputados por el delito de incendio culposo seguido de muerte y lesiones culposas.
Entre los imputados se encuentran directivos de la empresa internacional Iron Mountain, así como exfuncionarios de la Dirección General de Fiscalización y Control del Gobierno porteño, y un empleado de seguridad de Iron Mountain presente durante el inicio del incendio.
La tragedia ocurrió cuando, por motivos aún “indeterminados”, las altas temperaturas generadas por las llamas provocaron el colapso de la estructura metálica que sostenía el techo, derrumbando la pared de la calle Jovellanos a las 9:04 de la mañana.
En el lugar, perdieron la vida los bomberos Leonardo Day, Anahí Garnica, Carlos Véliz, Eduardo Conesa, Maximiliano Martínez, Juan Matías Monticelli, el bombero voluntario Sebastián Campos, y los rescatistas Pedro Barícola y José Méndez Araujo.
Facundo Ricardo Ambrosi, también bombero voluntario, falleció días después.
Las familias de las víctimas reconocen que su lucha por justicia es desafiante, pero insisten en que es un paso necesario para honrar la memoria de los “Héroes de Barracas” y prevenir tragedias similares en el futuro.
