La tarjeta de crédito es una herramienta financiera muy útil, pero si no la gestionás correctamente, puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza. Muchos se preguntan qué sucede realmente si, por alguna razón, no pueden afrontar el pago mínimo o el total de su resumen. La respuesta es clara: las consecuencias pueden ser serias y afectar tu historial crediticio por mucho tiempo.
En este artículo te explicamos en detalle qué pasa cuando dejás de pagar la tarjeta de crédito, qué recargos te aplican y cómo podés hacer para solucionar esta situación.

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Los primeros efectos: recargos e intereses moratorios
El día después del vencimiento y si no abonaste al menos el pago mínimo, los problemas empiezan.
- Intereses punitorios y moratorios: Son los primeros en aparecer. Además de los intereses de financiación habituales, el banco o la entidad emisora de la tarjeta te cobrará intereses adicionales por el retraso en el pago. Estos intereses suelen ser más altos que los comunes y se aplican sobre el monto adeudado. Podés consultar las tasas máximas permitidas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en su sitio oficial (www.bcra.gob.ar).
- Cargos por gestión de cobranza: Muchas entidades suman comisiones por el proceso de intentar cobrarte la deuda. Estos cargos varían según la política de cada banco y el tiempo transcurrido desde el impago.
- Suspensión de la tarjeta: Es muy probable que, al poco tiempo de no pagar, la tarjeta sea bloqueada y no puedas realizar nuevas compras.
El deterioro de tu historial crediticio
Una de las consecuencias más graves y a largo plazo de no pagar la tarjeta de crédito es el impacto negativo en tu historial crediticio.
- Reporte a bases de datos de deudores: Los bancos informan a entidades como el Veraz (Equifax) y al Banco Central de la República Argentina (BCRA) sobre tu situación de mora. El BCRA clasifica a los deudores según el nivel de riesgo, desde “Normal” hasta “Irrecuperable”. Una deuda impaga te ubicará en una categoría de riesgo mayor, lo que quedará registrado en tu perfil. Podés consultar tu situación en la “Central de Deudores” del BCRA (www.bcra.gob.ar/PdfsS/InformacionFinanciera/CDDeudores.pdf).
- Dificultad para obtener nuevos créditos: Una vez que tu historial crediticio se ve afectado, te resultará muy difícil acceder a nuevos préstamos personales, hipotecarios, prendarios, o incluso a otras tarjetas de crédito. Las empresas y bancos consultan estas bases de datos antes de otorgar cualquier financiamiento.
- Repercusión en servicios: En algunos casos, la mala calificación crediticia puede incluso afectar tu posibilidad de contratar ciertos servicios (como planes de telefonía móvil, internet, etc.) que realizan verificaciones de antecedentes.
Acciones legales y gestión de cobranza
Si la deuda persiste y los intentos de cobro telefónico o por mail no dan resultado, la situación puede escalar:
- Estudio de cobranzas: Es común que los bancos cedan la gestión de la deuda a estudios de cobranzas externos. Estos estudios tienen herramientas legales para intentar recuperar el dinero.
- Demanda judicial: En casos extremos, y sobre todo si el monto de la deuda es considerable, la entidad puede iniciar una demanda judicial para embargar bienes o parte de tu sueldo. Este es un escenario que se busca evitar, pero es una posibilidad real.
¿Cómo salir de la deuda de la tarjeta de crédito?
Si ya te encontrás en esta situación, lo más importante es no entrar en pánico y actuar.
- Contactá al banco: No esperes a que te llamen. Comunícate proactivamente con tu entidad bancaria. Explicá tu situación y mostrá tu voluntad de pago.
- Negociá un plan de pagos: La mayoría de los bancos prefieren recuperar algo de la deuda antes que nada. Podés negociar:
- Consolidación de deuda: Juntar varias deudas en una sola, a una tasa de interés más baja.
- Refinanciación: Establecer un nuevo plan de cuotas, ajustado a tus posibilidades, aunque esto suele implicar extender el plazo y pagar más intereses.
- Quita: En algunos casos, si la deuda es muy antigua o ya pasó a un estudio de cobranzas, podés negociar una “quita”, es decir, pagar un porcentaje menor del total adeudado para saldarla.
- Evitá seguir generando deuda: Bloqueá la tarjeta si no podés controlarla. No uses otros créditos para pagar este, ya que es una “bola de nieve” que agrava el problema.
- Armá un presupuesto: Analizá tus ingresos y egresos para entender cuánto podés destinar realmente al pago de la deuda.
- Buscá asesoramiento: Si la deuda es muy grande o te sentís abrumado, podés consultar a un abogado especializado en deudas o a organismos de defensa del consumidor que puedan orientarte.
Ignorar la deuda no hará que desaparezca. Enfrentarla y buscar una solución es el mejor camino para recuperar tu salud financiera y tu tranquilidad.















