Con la llegada del otoño y la reducción de las horas de luz solar, se ha reavivado el debate sobre la posibilidad de atrasar una hora los relojes hasta la primavera.
Esta iniciativa, que se plantea año tras año, ha generado opiniones encontradas entre especialistas y la población en general.
Los defensores de esta propuesta argumentan que atrasar una hora los relojes permitiría aprovechar más la luz solar durante los meses de junio, julio y agosto, lo cual podría resultar en un ahorro energético significativo. Esta medida busca mitigar el impacto del aumento de servicios públicos como la electricidad y el gas, que afectan la economía de los ciudadanos, especialmente a los sectores más vulnerables de la sociedad.
Además, sostienen que el cambio de huso horario se implementa en muchos países desde hace décadas y que existen antecedentes de su aplicación en Argentina.
Conscientes de la preocupación existente, quienes respaldan esta medida solicitan un estudio detallado e interdisciplinario para evaluar su viabilidad y los posibles beneficios que podría traer.
Es importante destacar que, de llevarse a cabo, el cambio de huso horario se aplicaría exclusivamente durante los meses de junio, julio y agosto, con el objetivo de optimizar el uso de la luz solar durante el período de menor luminosidad.
Este debate refleja la preocupación por el aumento de los servicios públicos y el impacto económico que esto genera en la población.
El tema del cambio de huso horario continuará siendo discutido y analizado en busca de una solución que beneficie a la sociedad en general y contribuya al ahorro energético en el país.
