El tren que no vuelve ha dejado a Quiñihual en un silencio profundo. Este pequeño paraje del sur bonaerense, que en su apogeo contó con más de 700 habitantes, se ha convertido en un pueblo fantasma, donde solo queda Pedro Meier, el último vecino que decidió no partir.
¿Qué pasó con la comunidad de Quiñihual?
Quiñihual surgió a principios del siglo XX gracias a la llegada del tren, transformándose en un hervidero de actividad con familias trabajadoras y servicios comunitarios. Sin embargo, el panorama cambió drásticamente en 1995, cuando se clausuró el ramal Rosario–Puerto Belgrano, todo un símbolo para la localidad. Esta decisión, tomada bajo el gobierno de Carlos Menem, provocó la desaparición de servicios esenciales como la escuela y el club. Con el tiempo, los residentes abandonaron el lugar, dejando atrás un ecosistema social que se había sostenido durante décadas.
Ahora, Meier vive en la antigua pulpería de su familia, un espacio que más que un negocio, representa la historia acumulada de un lugar que se niega a ser olvidado. “Mientras yo esté, esto sigue vivo”, sostiene Pedro, al tiempo que mantiene una resistencia silenciosa en un lugar donde una vez hubo vida.
Una historia que resuena más allá de sus fronteras
La narrativa de Pedro Meier ha trascendido, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por la preservación de la memoria colectiva de los pueblos en riesgo. Su vida y su decisión de quedarse se han documentado en crónicas y documentales que exploran la desolación y el olvido que enfrenta el campo argentino. Su hogar, lleno de recuerdos y objetos antiguos que restaura en su tiempo libre, es visto como un refugio de la nostalgia en un mundo que avanza a gran velocidad.
“Gracias por venir”, suele decir a quienes se acercan a conocer el lugar. Su acto no busca reconocimiento, pero resalta la importancia de la memoria en tiempos de olvido. Pedro es un puente entre el pasado vibrante de Quiñihual y el presente casi desolado que enfrenta.
¿Cómo llegar y qué ofrece Quiñihual?
Para aquellos interesados en visitar este rincón de la historia argentina, aquí algunos datos relevantes:
- Ubicación: Partido de Coronel Suárez, Buenos Aires.
- Desde Bahía Blanca: 161 km por RN 33 y RP 85 (aproximadamente 2 horas de viaje).
- Tren: Actualmente sin servicio.
- Acceso: A través de caminos rurales desde Pasman o Huanguelén.
- Señalización: Ausente, por lo que se recomienda consultar a los puesteros de la ruta 76.
- Ideal para: Turismo rural, fotografía y exploración del patrimonio histórico.
Visitar Quiñihual no solo es un viaje a un lugar olvidado, sino un encuentro con la historia viva que resiste en la memoria de aquellos que se niegan a ser borrados del mapa.