Las redes sociales le facilitaron la vida a mucha gente, pero también abrieron la puerta para que los estafadores pudieran encontrar nuevas maneras de quedarse con el dinero ajeno.
Una historia de terror
María José Herrera, una docente salteña, vivió en carne propia la pesadilla de ver cómo le vaciaban la cuenta bancaria y le dejaban una deuda millonaria.
Todo comenzó cuando, a través de Facebook, la mujer puso en venta una practicuna a $9.000. Un supuesto vendedor le “envió” $900.000 y luego le explicó que todo había sido un “error”.
El estafador se comunicó con Herrera y le dijo: “Te van a llamar del Banco Itaú, donde mi mamá tiene su cuenta, para solucionar esto”.
La docente contó: “Se comunicó conmigo el supuesto bancario que me tuvo en el celular como dos horas sin que corte la llamada. Él alegaba que yo no podía cortar porque se cortaba la transacción y un montón de detalles más”.
Así funciona la estafa
Mientras la mantenían entretenida y con el celular activo, los delincuentes aprovecharon para ingresar a su cuenta, sacarle su sueldo y solicitar dos préstamos.
Herrera señaló: “Entraron a mi homebanking, me extrajeron la mitad de mi sueldo y solicitaron dos préstamos e inmediatamente hicieron dos transferencias, una de ellas al Banco Nación. Hice la denuncia en la comisaría 3ra, y cuando el policía escuchaba lo sucedido me dijo que ya conocían ese procedimiento”.
La docente agregó: “Esta gente me sacó dos préstamos de $729.000 a pagar en 60 cuotas de $60.000, lo que hace un total de $3.600.000“.
