En una jornada electoral que sacudió el tablero político argentino, Axel Kicillof se consagró como el gran vencedor de las elecciones legislativas bonaerenses de 2025, liderando a Fuerza Patria hacia una victoria aplastante que no solo fortaleció al peronismo, sino que también asestó un golpe demoledor a las aspiraciones de La Libertad Avanza (LLA) y su líder, Javier Milei. Con una diferencia de más de 13 puntos sobre el oficialismo, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires demostró que su estrategia de desdoblar los comicios locales fue un acierto que lo posiciona como referente de cara al 2027.
El resultado electoral en la provincia más poblada del país dejó un mensaje claro: el peronismo, lejos de estar acabado, sigue siendo una fuerza competitiva cuando se une bajo un liderazgo sólido. Fuerza Patria, la alianza encabezada por Kicillof, obtuvo el 46,96% de los votos con el 86,71% de las mesas escrutadas, frente al 33,85% de LLA, consolidando triunfos en seis de las ocho secciones electorales, incluidas la primera y la tercera, las más pobladas. Este éxito revalidó el poder territorial de los intendentes peronistas y marcó un punto de inflexión en la política nacional.
Un revés para Milei
La derrota de La Libertad Avanza fue un traspié monumental para el gobierno de Milei, que había apostado por “poner el último clavo al cajón del kirchnerismo” con un armado político encabezado por figuras como Eduardo “Lule” Menem y Sebastián Pareja. Sin embargo, la estrategia libertaria, basada en candidatos poco competitivos y una campaña desconectada de las demandas municipales, resultó en un fracaso estrepitoso. Los más de 13 puntos de diferencia reflejaron un error de diagnóstico y una subestimación del arraigo peronista en el Conurbano, donde los “barones” del PJ demostraron su capacidad de movilización.
El impacto de esta derrota trasciende lo electoral. Con la economía en recesión y el descontento social en aumento, el resultado bonaerense es una advertencia para Milei de cara a las presidenciales de octubre. Las urnas reflejaron un voto castigo hacia un gobierno percibido como distante de las necesidades de la provincia, donde la crisis económica y los escándalos políticos, como la detención de Cristina Kirchner por la causa Vialidad, no lograron desmovilizar al electorado peronista.
Axel Kicillof emergió como el arquitecto de esta victoria, consolidando su liderazgo con una jugada audaz: desdoblar las elecciones legislativas de la provincia, en contra del criterio inicial de Cristina Kirchner y Máximo Kirchner. Esta decisión, validada por los números, le permitió al peronismo replegarse sobre su fortaleza territorial y articular una campaña centrada en la defensa de las políticas provinciales y la unidad del movimiento. Desde el búnker de Fuerza Patria en La Plata, Kicillof celebró el triunfo con un mensaje contundente: “Este es un triunfo de los bonaerenses para todo el país. Se confirmó que hay otro camino, y hoy empezamos a recorrerlo”
El gobernador agradeció a los militantes, intendentes y dirigentes como Sergio Massa y Cristina Kirchner, destacando la unidad como clave del éxito. “Gracias a los que escucharon con sabiduría y generosidad lo que nos pedía nuestro pueblo”, afirmó, en un guiño a la cohesión lograda dentro del peronismo. Su discurso también incluyó un mensaje directo a Milei: “Te dieron una orden, goberná para el pueblo”.
Un dato alarmante: la abstención
A pesar del triunfo peronista, la elección estuvo marcada por una participación del 62,79%, la más baja desde 1983, con más de 5,6 millones de bonaerenses que no votaron. Sumados los votos en blanco y nulos, la abstención alcanzó el 43% del padrón, superando a cualquier fuerza política. Este nivel de apatía refleja un desencanto social que podría ser un desafío tanto para Kicillof como para Milei de cara al futuro.
Un nuevo horizonte para 2027
El triunfo de Kicillof no solo refuerza su liderazgo en la Provincia, sino que lo posiciona como una figura central en la reconstrucción del peronismo a nivel nacional. Su capacidad para unir al PJ Bonaerense, el Frente Renovador y otros sectores, junto con su victoria frente a un oficialismo debilitado, lo convierte en un potencial candidato presidencial para 2027. Mientras tanto, Milei enfrenta el desafío de recomponer su estrategia en un contexto de creciente descontento y con el reloj corriendo hacia las elecciones nacionales.
La pregunta ahora es si este impulso podrá proyectarse al resto del país y si Milei logrará revertir un traspié que lo deja tambaleando.