Crimen de Fernando: Los rugbiers se quejan por el calor, comida con olor y la prohibiciĆ³n de visitas higiĆ©nicas

Francisco DĆ­az

A dos años del crimen de Fernando Báez Sosa (18), atacado en patota por un grupo de rugbiers a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell, en las últimas horas trascendió una nueva queja de los 8 jóvenes acusados por el feroz asesinato, quienes permanecen en prisión aguardando el juicio en su contra.

Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz se encuentran alojados en la Alcaidía Departamental N°3 de Melchor Romero, en la ciudad bonaerense de La Plata, y todos están imputados como coautores del delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.

Los jóvenes comparten un celular que circula entre las cuatro celdas en las que se encuentran detenidos y permanecen aislados del resto de la población carcelaria y divididos de a dos por celda.

En las últimas horas tomó estado público una serie de quejas de los rugbiers, quienes se la habrían transmitido a su abogado defensor y éste las expresó a través de un escrito presentado a la Justicia.

El grupo de jóvenes reclaman por el encierro y el calor que los agobia en medio de las altas temperaturas del verano. También se quejaron por no disponer de visitas higiénicas y el olor nauseabundo de las comidas que le entregan en la cárcel.

Desde el inicio de la pandemia, las visitas higiénicas en la cárcel de Melchor Romero quedaron suspendidas y los encuentros junto a sus padres y hermanos se dan con las medidas de bioseguridad (distancia social y uso de barbijos y alcohol en gel), sin contacto físico, una vez por semana.

Recordemos que el juicio comenzará el 2 de enero de 2023 y para ese momento no se modificará la situación de los acusado con respecto a su detención.


Por otra parte, durante el día de ayer, los padres de Fernando Báez Sosa viajaron a Villa Gesell para presentarse por primera vez en el lugar donde falleció. La familia se acercó al boliche Le Brique durante la madrugada del martes, a la hora exacta que su hijo murió, y más tarde al mediodía, rezaron una oración y estuvieron acompañados por otras 50 personas.

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