Un vecino de la ciudad bonaerense de Azul, identificado como José Arturo Sequeira denunció que delincuentes ignorados sustrajeron, mataron y carnearon un pony que, con mucho sacrificio, había comprado para su nieto.
Desde entonces, los días son una oscura mezcla de amargura y tristeza para Sequeira, que a pesar de estar jubilado, hace cincuenta años que trabaja como molinero, y desde hace aproximadamente un mes alquila la chacra de donde fue sustraído el equino.
El triste episodio se produjo al día siguiente que sufriera el robo de cuatro lechones que se lo mataron a garrotazos.
Sequeira venía ahorrando un dinero para obsequiarle un pony a su nieto, pues ama a los caballos y se emocionó muchísimo el día que pudo adquirirlo y ver el rostro de felicidad del pequeño cuándo lo recibía.
Según lo que denunció, al caballo -un pony de pelaje tobiano colorado que tenía unos dos años- lo sacaron arriando del potrero donde estaba y después le dieron muerte en un predio cercano.
“Cuando encontré sus restos tenía media cabeza hundida. Se nota que lo mataron con algo contundente y que después lo carnearon”, comentó el vecino azuleño.
Si bien la denuncia de éste y el anterior ilícito fue radicada en sede policial, sin embargo, hasta ahora no ha habido ninguna novedad, provocando este atroz hecho, una profunda depresión producto de la enorme pena causada por lo que significaba el animal para su nieto.
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