La noche del jueves 4 de diciembre traerá un espectáculo poco habitual para quienes levanten la vista hacia el cielo. La última Luna llena del año coincidirá con una serie de factores astronómicos que, según especialistas, no se dan con frecuencia y que convierten este evento en uno de los más llamativos del período 2024-2025.
Por qué la Superluna Fría será la más extrema hasta 2042
Los servicios astronómicos internacionales adelantaron que la Luna llena de diciembre —conocida como Luna Fría en el hemisferio norte— será la superluna más extrema del período 2024-2025 y que no habrá otra similar hasta 2042.
El fenómeno reúne tres elementos claves:
- Un perigeo muy cercano, que posicionará a la Luna a solo 357.219 kilómetros de la Tierra.
- Un brillo inusualmente alto, que aumentará alrededor de 16% respecto de una Luna llena promedio.
- Una ubicación extrema dentro del ciclo de 18,6 años, conocido como standstill, que define las posiciones máximas y mínimas del satélite en el cielo.
Esta combinación es tan poco frecuente que explica por qué diciembre de 2025 se vuelve una fecha tan destacada para la astronomía.
A qué hora observar la superluna desde Argentina
La Luna alcanzará su plenitud el jueves 4 de diciembre a las 20.14 (hora argentina).
Aunque el máximo será puntual, la superluna podrá disfrutarse desde la noche previa y hasta el viernes, ya que el disco lunar se mostrará prácticamente completo.
Quienes observen el cielo desde Argentina verán la Luna muy baja sobre el horizonte, con tonalidades doradas o rojizas provocadas por la refracción atmosférica y la conocida ilusión lunar. Esa posición favorece fotografías que combinan paisajes, edificaciones o árboles con el disco brillante.
Por qué esta superluna será especial para fotógrafos y aficionados
La coincidencia entre el perigeo y la plenitud lunar ofrecerá una oportunidad única para astrofotógrafos, incluso para quienes solo usen un celular. La baja altura, el clima frío y la cercanía extrema permiten imágenes más limpias y detalladas.
Entre los factores que potencian la observación:
- Tamaño aparente 8% mayor que una Luna llena promedio.
- Brillo reforzado, ideal para capturas al atardecer o amanecer.
- Cielos fríos y secos, que suelen ofrecer mejor transparencia y nitidez.
- Mayor contraste entre el cielo y el disco lunar cuando aparece sobre el horizonte.
La vista más imponente suele darse cuando la Luna toca el horizonte, momento en el que se aprecia un aumento aparente del tamaño debido a la ilusión lunar.
La influencia del standstill: cómo se combinan ciclos largos y posiciones extremas
El carácter “extremo” del fenómeno se entiende al analizar los movimientos de largo plazo de la órbita lunar. Cada 18,6 años ocurre un standstill, un ciclo en el que las declinaciones máximas y mínimas de la Luna se intensifican.
Durante 2024 y 2025 se atraviesa un standstill mayor, y dentro de este contexto la Luna llena de diciembre aparece en el punto más notable del ciclo.
Esto significa:
- En el hemisferio norte, la Luna estará en su posición más alta del año.
- En el hemisferio sur, como ocurre en Argentina, se verá muy baja, lo que acentúa colores cálidos y efectos visuales sobre el horizonte.
La mecánica celeste que involucra al Sol, la Tierra y la Luna explica este contraste entre hemisferios y le da al fenómeno una identidad visual muy marcada.
Qué hace que una superluna sea tan poco frecuente
La Luna órbita la Tierra en un camino ovalado que alterna entre el perigeo (punto más cercano) y el apogeo (punto más lejano). Aunque hay unos 13 perigeos al año, no siempre coinciden con la fase de Luna llena, y esa sincronización es la que genera una superluna.
Otros factores que influyen:
- La órbita lunar no mantiene siempre la misma forma, ya que se ve afectada por la gravedad del Sol.
- La distancia del perigeo varía con el tiempo, lo que puede hacer que una superluna aparezca hasta 30% más grande y 14% más brillante que una Luna llena lejana.
- La precesión orbital hace que la coincidencia exacta entre perigeo y plenitud sea poco usual.
La superluna Fría de diciembre será la que más se acerque a la Tierra desde abril de 2020, salvo por la superluna de Beaver de noviembre de 2025, que quedará apenas por delante en distancia.














