En medio de una ola polar que azota el conurbano bonaerense, un gesto solidario emerge como una respuesta a las difíciles condiciones que enfrentan muchas personas. Juan Patricio, de 34 años, y su amigo Fernando, de 48, han decidido salir a la calle para compartir café caliente con quienes esperan en los bancos a cobrar sus jubilaciones y otros que se encuentran en situaciones vulnerables.
Un gesto altruista ante la adversidad climática
La idea surgió tras observar a cientos de jubilados formados en las filas de los bancos, sin importar las inclemencias del tiempo. “Dale, vamos”, le respondió Fernando a Juan cuando este le propuso ser parte de esta acción. Comenzaron a preparar termos con café y a repartir vasos descartables por el área.
A pesar de que inicialmente no encontraron a jubilados, los jóvenes recorrieron varias cuadras y se encontraron con trabajadores, barrenderos y personas en situación de calle. La mayoría de las reacciones fueron de sorpresa y agradecimiento. “El 60% de las personas nos preguntaron si era gratis lo que estábamos repartiendo”, narró Juan Patricio, quien reflexionó sobre la necesidad de más cariño social en tiempos difíciles.
El impacto de una simple taza de café en la comunidad
Una vecina que presenció la iniciativa mencionó que los jóvenes no hicieron alusiones políticas o religiosas, enfocándose únicamente en ofrecer un vaso de café caliente acompañado de sonrisas y un cordial “buen día”. “Cuando uno brinda afecto no le cambiás la vida a nadie, pero al menos lo ayudas a empezar el día de manera más copada”, aseguró Juan.
Durante su primera salida, los jóvenes recogieron información valiosa sobre las necesidades del barrio. Se dieron cuenta de que los jubilados suelen cobrar a fin de mes, lo que les permitirá planificar mejor en futuras ocasiones. Además, consideran la posibilidad de expandir su proyecto y sumar más colaboradores a través de redes sociales.
Perfil de los impulsores del proyecto solidario
Juan Patricio y Fernando tienen vidas laborales distintas: Fernando es arquitecto y emprendedor en energía solar, mientras que Juan se dedica a manejar criptomonedas. Lo que ambos comparten ahora es un compromiso altruista con la comunidad que los rodea, sin fines de lucro.