Calendarios de Adviento: Qué son y por qué generan polémica en Argentina

La cuenta regresiva hacia la Navidad siempre estuvo cargada de rituales y tradiciones que atraviesan generaciones, pero en los últimos años un elemento histórico logró transformarse en tendencia global y en combustible para las redes sociales. Entre videos virales, precios impensados y clientes decepcionados, los Calendarios de Adviento volvieron a estar en el centro de la escena durante esta temporada.

El origen del Calendario de Adviento y su significado tradicional

Mucho antes de convertirse en un fenómeno de marketing, el Adviento era una tradición espiritual. En la Alemania protestante, los chicos repartían velas durante las cuatro semanas previas a Navidad para simbolizar un tiempo de reflexión, perdón y esperanza.

La palabra proviene del latín Adventus, que remite a “llegada”, y representa los días litúrgicos que van del 1 al 24 de diciembre, en preparación hacia el nacimiento de Cristo.

Con el paso del tiempo, esa costumbre derivó en pequeñas cajas con chocolates o juguetes que acompañaban cada día de espera. De ahí surgieron las cajas con 24 compartimentos, que hoy se convirtieron en uno de los productos más buscados —y más polémicos— del mes.

El salto a la era digital: de tradición a fenómeno viral

Con las redes sociales dominando la conversación, el calendario mutó en un producto aspiracional. Los videos de unboxing se volvieron un contenido de alto impacto, especialmente cuando se trata de cajas de lujo.

Cuanto más ostentoso el empaque, más reproducciones y más atención genera. Este formato permitió que algunas marcas lanzaran ediciones limitadas que llegan a costar cifras impensadas.

Uno de los ejemplos más llamativos es el Calendario de Adviento de Dior, que ofrece:

  • 24 miniaturas de perfumes
  • productos de maquillaje
  • tratamientos premium
  • una vela perfumada

Todo por un valor de 11.250 dólares, lo que abrió un fuerte debate sobre el consumo de lujo y la confianza ciega en las marcas.

Cómo se adaptó el calendario de adviento al mercado argentino

En Argentina, la tendencia no tardó en entrar al mundo de los virales, especialmente por experiencias que generaron sorpresa… y también bronca.

Las versiones locales van desde propuestas accesibles hasta cajas premium:

  • Calendarios de 12 días con llaveros, stickers o pines, a $50.000, que se agotaron rápidamente.
  • Ediciones de marcas de cosmética con cremas y fragancias, a $200.000, con descuentos durante días de promoción.
  • Versiones “de lujo” ofrecidas por emprendimientos por hasta $500.000, que desencadenaron las mayores polémicas.

El caso que encendió la discusión en redes: cajas caras y productos decepcionantes

Un emprendimiento local lanzó su propio Calendario de Adviento de medio millón de pesos, promocionado como un producto exclusivo. La expectativa era alta, pero el unboxing de una clienta reveló artículos que distaban de la imagen de lujo prometida:

  • una birome
  • una libreta simple
  • una botella plástica
  • monederos y tarjeteros con terminaciones deficientes

El video se viralizó en pocas horas, la marca cerró los comentarios y varias clientas comenzaron a pedir reintegros. En un comunicado, los responsables afirmaron: “Lamentamos lo sucedido. Hubo meses de trabajo y dedicación. Estamos identificando qué falló para que no vuelva a repetirse”.

La situación abrió múltiples debates sobre el consumo, la responsabilidad de las marcas y el límite entre la sorpresa y la estafa emocional.

La tendencia de las compras sorpresa y su vínculo con otras experiencias

Aunque las mystery boxes nunca terminaron de instalarse del todo en el país, el concepto de comprar sin saber qué viene adentro reapareció en distintos formatos, incluso en eventos masivos.

En algunos festivales, como el Lollapalooza, se venden entradas anticipadas sin revelar el line-up completo, lo que lleva a miles de personas a pagar sumas altas para asegurarse un lugar sin conocer aún las bandas.

Para muchos, el atractivo es la sorpresa. Para otros, es pertenecer. La lógica del consumo emocional sigue siendo una de las claves detrás del furor de los Calendarios de Adviento, entre lujos, decepciones y una nueva forma de vivir la previa navideña.

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