Con profundo pesar, el mundo del rally argentino despide a Nunzio Vernaci, reconocido piloto oriundo de la ciudad de Ranchos. Su fallecimiento deja un vacío inmenso entre familiares, amigos y fanáticos del deporte motor.
Vernaci fue mucho más que un competidor: fue un referente dentro y fuera de la pista. Apasionado y comprometido, conquistó en dos oportunidades el campeonato de la Clase A en los últimos tres años, consolidándose como uno de los grandes protagonistas del rally nacional. Su estilo de conducción, siempre al límite, dejó una marca imborrable en cada tramo que recorrió, especialmente a bordo de su inseparable Renault 18, vehículo que lo identificó durante gran parte de su carrera.
La pasión por el rally fue un legado familiar. Compartió gran parte de su trayectoria con sus seres queridos: su padre, varios de sus hijos —entre ellos Francisco, quien fue su navegante durante años antes de convertirse en piloto— y su sobrino Vicente, con quienes también compitió en etapas recientes al mando de un VW Gol. Este lazo familiar forjado a través de la competición hizo de Nunzio un piloto querido y respetado en cada rincón del país.
Pero más allá de sus logros deportivos, quienes lo conocieron destacan su calidez humana. Su generosidad, su mano siempre extendida y su sonrisa franca lo convirtieron en una figura entrañable del rally argentino. Supo ganar amigos en cada competencia y dejó una huella profunda en todos aquellos que compartieron con él la pasión por los derrapes y el barro.
