Desde hace varios años, una abuela se dedica a embellecer su pequeño pueblo de mil habitantes. Lo hace por amor al arte y no recibe nada a cambio.
Cuando llega la primavera, Anezka Kasparkova, una vecina de 94 años que vive en Louka (República Checa), agarra algunas latas de pintura, un pequeño pincel y comienza a pintar las casas de sus vecinos con motivos tradicionales y un gusto exquisito. Se pasa días enteros adornando las ventanas y las paredes de las viviendas con preciosos diseños.
A pesar de haber adquirido fama tanto en su país como en Internet, ella insiste en que lo hace por placer. “Soy una artista. Disfruto de hacer esto y a la vez trato de ayudar a los vecinos de la aldea que quieren ‘darle vida’ a sus hogares“, expresó.
Consultada sobre si su avanzada edad no era un impedimento para realizar tan trabajosa tarea la mujer dijo “La edad es sólo un número, sobre todo cuando se trata de dar rienda suelta a la creatividad“, aseguró.
Por último, agregó “No me imagino una vida sin trabajar o sin hacer algo que me motive, en este momento disfruto pintando paredes y embelleciendo a mi aldea, mientras continúe con vida lo seguiré haciendo”.