A 33 Años del viaje de Menem a Pinamar a 200 km/h por la Ruta 2 en la Ferrari

Corrían los primeros días de enero de 1991, cuando el ex presidente argentino Carlos Saúl Menem desató una controversia al poner a prueba en la entonces Ruta 2 una flamante Ferrari 348tb roja regalada por el empresario italiano Massimo Del Lago.

Menem viajó a unos 200 kilómetros por hora en la Ruta 2, desde la Residencia de Olivos hasta Pinamar, donde lo esperaba la prensa para cuestionar su exceso de velocidad.

Fue él mismo quien reconoció ante los medios que había acelerado a más de 200 km/h, en una clara infracción a las normas de tránsito y la seguridad vial.

La velocidad máxima de la 348tb, nueva, era de 275 km/h, y podía acelerar de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos, mientras que recorría el kilómetro con partida detenida en 24,7 segundos.

El vehículo, cariñosamente apodado “La Feyari” por el acento riojano de Menem, se convirtió en un símbolo de la década del ’90. A pesar de las críticas por aceptar un obsequio con potenciales implicaciones éticas, Menem se aferró a su Ferrari, insistiendo en que era de su propiedad.

Sin embargo, la situación cambió cuando se promulgó la Ley 25.188 en 1999, estableciendo que los obsequios recibidos por los líderes gubernamentales durante sus funciones pasarían al patrimonio del Estado. En 2016, un decreto amplió los límites para la recepción de regalos por parte de los funcionarios.

Menem, finalmente, tuvo que ceder “La Feyari”, que fue subastada y pasó por varios dueños. Después de su viaje a Pinamar, el Banco Ciudad intentó rematarla sin éxito. En una segunda oportunidad, el mediático Jacobo Winograd se presentó a la subasta pero no pudo llevársela.

La Ferrari llegó a manos del exdirector técnico del Club Huracán de Chivilcoy, Jacinto Corrado, y dos socios. A pesar de la intención inicial de sortearla, en 1993 fue vendida a la empresa mendocina de bodegas y viñedos Garbín. Tres años después, la “nave” fue sorteada y ganada por un vecino de Ciudad Evita, quien la vendió poco después.

Otro vecino de Ramos Mejía la adquirió y la conservó durante 10 años.

En 2006, Juan Nápoli, entonces presidente del Banco de Valores, la compró y la mantuvo hasta 2013, cuando fue vendida a Héctor Méndez, expresidente de la Unión Industrial Argentina.

Dos años después, los hermanos empresarios Aldo y Dahian Rocchini la poseen a través de su firma, El Legado.

“La Feyari” sigue contando la fascinante historia de su travesía por manos de diversos propietarios.

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