El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, quedó en medio de la polémica luego de los anuncios de Alberto Fernández de suspender las clases presenciales por 15 días, dado que el ministro había afirmado que “las restricciones no debían comenzar por el cierre de las escuelas como primera medida”. Tras la decisión del gobierno de cerrar las escuelas, trascendió que el Ministro de Educación había solicitado la renuncia, pero desde el gobierno aseguran que continuará en su cargo “Es su deber”.
A pesar de los pedidos de renuncia, aseguraron la continuidad del funcionario en su cargo. “Es ministro de este gobierno. Acata y sigue adelante”, respondieron a las duras críticas que recibe Trotta, luego de reiterar que su idea era “sostener todo lo que se pueda” la presencialidad.
Trotta había expresado ante el Consejo Federal de Educación (CFE) que evaluaba el retorno a la presencialidad a nivel federal “ponderando el efectivo cumplimiento de los protocolos y la relevancia de la priorización de la escuela como un espacio cuidado, de bajo contagio, para contener y acompañar a las niñas, niños y adolescentes”.
A su vez resaltó que: “No podemos comenzar las restricciones cerrando las escuelas. Si tiene que haber una disminución de la presencialidad para restringir la circulación de personas, no debería implicar la suspensión absoluta de las clases en las aulas como primer medida; se pueden administrar distintas medidas en torno a la asistencia en aquellas zonas que presenten mayor complejidad, considerando la menor unidad geográfica posible ya que la escuela ha dado muestras de ser un espacio seguro”.
Contrario a lo que se esperaba, el presidente Alberto Fernández horas más tarde comunicaba que las clases presenciales se suspenderán entre el 19 y el 30 de abril.
En la reunión con el Consejo habían coincidido en que las restricciones debían estar vinculadas a los ámbitos sociales no protocolarizados y si se debía restringir que fuera una presencialidad alternada a la que asiste hoy el sistema educativo por el aumento de casos.
“La escuela sigue siendo un lugar de bajo riesgo son los protocolos estrictos que hemos aprobado federalmente. Confiamos en la fiscalización de cada una de las jurisdicciones, como confiamos también en los equipos directivos de cada escuela para desplegar los protocolos en cada establecimiento”, había dicho Trotta.
