Este lunes comenzó un nuevo mes y, con él, una serie de ajustes que impactan directamente en la actividad comercial dentro de la Provincia de Buenos Aires. Entre esos cambios, uno de los más relevantes para kioscos, supermercados y despensas es la modificación del horario permitido para la venta de bebidas alcohólicas, un punto clave para la temporada alta.
Cómo cambia el horario de venta de alcohol en verano
Durante el período comprendido entre el 1 de diciembre y el 30 de abril, la normativa provincial establece un horario especial que acompaña el mayor movimiento comercial típico del verano. En esta etapa, los comercios habilitados podrán vender bebidas alcohólicas entre las 10:00 y las 23:00, una franja más amplia que la vigente el resto del año.
Este esquema responde al aumento de la demanda y al hecho de que, en muchos municipios turísticos, la actividad se concentra durante la tarde y la noche. La extensión permite que los negocios trabajen sin la presión de cortar ventas temprano y acompañen los hábitos habituales de la temporada.
Cuál es el horario durante el resto del año
Fuera del período de verano, es decir entre el 1 de mayo y el 30 de noviembre, el horario vuelve a su modalidad tradicional. En esos meses, la venta de bebidas alcohólicas está permitida de 10:00 a 21:00.
Este formato se sostiene desde la actualización de la normativa provincial, pensada para brindar un marco más realista según las necesidades comerciales y el comportamiento de los consumidores en cada época.
Beneficios para los comercios en temporada alta
La ampliación del horario durante los meses de calor tiene efectos directos en la dinámica comercial. Entre los puntos más destacados:
- Mayor margen de trabajo para acompañar el aumento del movimiento nocturno.
- Evita compras apuradas antes del cierre de las 21:00.
- Mejora la previsibilidad para los comercios en zonas turísticas donde la actividad se extiende hasta más tarde.
- Favorece la demanda estacional, especialmente en fechas y eventos con alta circulación de personas.
La medida se vuelve especialmente relevante en localidades costeras y destinos recreativos, donde las actividades suelen prolongarse hacia la noche y el consumo se mantiene activo incluso después del atardecer.
















