Volver a lo cotidiano: ¿Cuánto riesgo tienen las actividades que realizamos?

Sofía Martínez

La Asociación de Medicina de Texas elaboró una tabla tipo ranking que vincula momentos de la vida cotidiana con distintos grados de riesgo de contraer coronavirus. Los ítems fueron elegidos por público estadounidense, pero se pueden trasladar a la realidad argentina.

Mirando la lista, separa las actividades puertas adentro y las que se desarrollan al aire libre, que según los especialistas tienen menor riesgo de contagio de Covid-19. Sin embargo, para Gloria De La Parra, jefa de Infectología del Hospital San Martín de La Plata, “lo que realmente tiene mayor peso es la actitud individual”, algo que los médicos no dejan de insistir.

“Uno podría decir que ir a la playa tiene riesgo moderado, pero siempre que la gente que se reúna esté con barbijo puesto y a la distancia recomendada, porque si se van a reunir varios a hacer un castillo de arena sin tomar los recaudos…”, dejó abiertos los puntos suspensivos.

En definitiva, resumió, “muchas cosas de la vida diaria, en general, se pueden realizar si se mantiene la distancia social y el uso de los elementos de protección e higiene”.

En la tabla elaborada por los expertos de Texas se mencionan algunas actividades que no parecen tener coincidencias con nuestro país, pero “se pueden buscar actividades similares”, según De La Parra. “Obviamente acá nadie sale a la esquina y juega al básquet, pero lo que refleja eso es el riesgo de los deportes en equipo”, dijo.

¿La sala de espera un lugar de alto contagio?

Un ítem del ranking de Texas que podría generar dudas es el de la sala de espera para ver al médico, considerado con un nivel de riesgo 4, tomando como 10 el máximo posible. Quizás en Argentina haya que hablar de algunos matices en este rubro.

Hay salas de espera y salas de espera. Nosotros atendemos muy pocos pacientes presenciales y con turno. Antes de entrar te limpiás los zapatos en un trapo con lavandina al 10%, venís con barbijo, te lavás las manos y venís solo. Pero quizás en otro lugar haya mucha más gente esperando y las condiciones sean otras”, explicó Casiró, Jefe de Infectología del Hospital Álvarez.

Según De La Parra, “es mucho más sencillo mantener el distanciamiento en un hospital público, no digo una zona totalmente carenciada donde medio barrio consulta en la salita correspondiente, sino en un hospital público grande, que suelen tener grandes espacios en los que el distanciamiento es posible”.

“En cambio, en los sanatorios o consultorios privados, a veces la cuestión edilicia es muy reducida o son construcciones antiguas con espacios pequeños y dan turno, pero van muchas personas a la vez. Lo económico también pesa”.

¿Los trabajos y los espacios de ocio vuelven a la normalidad?

Casiró explicó que el tema más discutido en Argentina es el mundo laboral (nivel de riesgo 6, según la lista): “Nos consultan muchas empresas y la verdad es que, si bien los riesgos obviamente existen, la gente no se contagia tanto como uno creería en esos espacios. El mayor problema se da cuando las personas se relajan y se descuidan. Esto lo vemos incluso en los trabajadores de la salud”.

Por otra parte, pensando en espacios de ocio, por ejemplo un boliche, un restaurante, un bar, “cuanta más gente se junta en un lugar, más riesgo hay de que alguien rompa las normas por un descuido. Y si tenes 200 personas juntas y algunos tienen el barbijo abajo de la nariz, no ayuda. Pero tampoco que camines por la calle y, para charlar con el otro, directamente te saques el tapabocas”.

“Es una cuestión de sentido común”, subrayó De La Parra. “Abrís un sobre, te lavás las manos y te olvidás del problema. El foco está en cómo se maneja cada uno, en las reuniones y en sostener el distanciamiento”.

Compartir este artículo