Preocupación: ¿El futuro de los trenes de larga distancia en la cuerda floja?

Francisco Díaz

A mediados de febrero, persiste la incertidumbre en torno al servicio de trenes de larga distancia, ya que aún no han salido a la venta los pasajes para viajar en marzo.

La falta de designación de autoridades en Trenes Argentinos y la escasez de material rodante debido a problemas de importación contribuyen a la preocupación en el sector.

Tras un cambio de administración en diciembre, donde Trenes Argentinos lanzó la venta de pasajes para enero y febrero, la situación actual es más compleja.

La falta de certeza sobre la continuidad de los trenes de pasajeros se agrava debido a la ausencia de autoridades oficialmente designadas en Trenes Argentinos.

Aunque Luis Adrián Luque fue elegido presidente de SOSFE y Matías Galparsoro como vicepresidente en una reciente asamblea, estas designaciones aún no han sido publicadas en el Boletín Oficial.

Las especulaciones sobre la posible paralización y privatización de los servicios circulan entre los trabajadores del sector. Se teme que, al igual que en la década de 1990, se abandone el servicio para luego privatizar ramales rentables a precios desfavorables para el Estado.

La falta de importación de repuestos desde diciembre ha llevado a la paralización de coches chinos CNR por la escasez de repuestos, agravando la situación en el transporte ferroviario.

Las intenciones de privatización fueron mencionadas por Milei, quien incluyó a Trenes Argentinos entre las empresas que el Estado considera vender, aunque la Ley Bases finalmente no fue aprobada en el Congreso.

En comparación con años anteriores, la venta de pasajes para el verano solía contemplar trayectos hasta marzo e incluso hasta Semana Santa. Sin embargo, este año, promediando febrero, Trenes Argentinos aún no ha definido la venta de pasajes para el próximo mes, generando inquietud entre los usuarios.

La falta de definición no solo impacta en la confiabilidad de los servicios, ya que los pasajeros no pueden planificar con antelación sus viajes, sino que también suscita dudas sobre la disposición del Gobierno para mantener los servicios de trenes de larga distancia después de la temporada de verano.

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