El caso de Lactona de Lezama en un Medio de Prensa Nacional

Francisco Díaz

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La venta de la planta industrial Lactona, ubicada en  la  ciudad bonaerense de  Lezama, en el año 2009 a la Cámara de Supermercados Chinos, generó una inusitada expectativa tanto en la nombrada ciudad como otras aledañas, habida cuenta que en ella  se desempeñaban más de 150 operarios de ambos sexos,  elaborando famosos productos lácteos como  quesos; helados, postres;  y en su planta gemela ubicada en Gándara, Partido de Chascomús se  producía el mentado dulce de leche homónimo.

Tales industrias lácteas habían pasado a manos de Parmalat Argentina y a la Compañía Láctea del Sur S.A., la cual finalmente presentó quiebra  originando un grave perjuicio a los trabajadores.

El trámite para la misma recayó en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial Nro. 25, secretaría Nº 50 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se dispuso la venta del inmueble ubicado en Lezama y la marca “ Gándara” en todos sus productos.

En ese año (2009) la base para la enajenación fue  de $ 3.700.000 para los bienes de la planta industrial incluyendo la marca  comercial citada “en todas las clases en que se encuentra registrada”. (Gándara)

Gran expectativa había originado tal proceso por cuanto un empresario de la ciudad bonaerense de Magdalena había demostrado interés en su adquisición y puesta en marcha inmediatamente.

Una de las condiciones dispuestas por el Juzgado interviniente era la obligación de quien resultare comprador  incorporar, en el término de sesenta días después de la toma de posesión un mínimo de cincuenta trabajadores a efectos de re-activarla.

Llegado el día del “mejoramiento de ofertas” se hizo presente en la sede del Juzgado un representante de la Cámara de Supermercadistas Chinos, quien sin haber visitado anticipadamente el inmueble,  ofrece un importe muy superior al del empresario lácteo magdalenense y logra adquirir la planta industrial y la mentada marca “Gándara” en la suma de $ 7.040.000, es decir casi el doble de la base fijada.

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En representación de la Cámara de Supermercados Chinos actuó  el abogado Di Iorioi, quien  abonó el importe de la transacción y tomó posesión del inmueble, asumiendo su representada la obligación de poner en funcionamiento en un plazo de 60 días la referida empresa, absorbiendo a 50 trabajadores de la fallida.

Pero el tiempo fue transcurriendo y nada de eso se cumplió.

El Secretario General de ATILRA, Seccional Chascomús efectuó varias presentaciones ante las autoridades judiciales intervinientes a efectos que se obligara al Comprador a cumplir con la obligación asumida en el acto de compra.

Todo ha sido en vano y aún en la actualidad, a casi cinco años de quebrar la última propietaria de Lactona,  quienes fueron sus operarios esperan, cada vez con menos esperanzas, percibir sus acreencias.

Una industria que llegó a estar ubicada tercera en el mercado lácteo, hoy se halla completamente abandonada.

Las viviendas de los gerentes están tapadas por las malezas; su edificio principal destruido por la acción del tiempo y la falta de mantenimiento; sus oficinas totalmente deterioradas, el natatorio para el personal y sus familiares  cubierto  de tantos matorrales que ya lo han “hecho desaparecer”.

O sea, una planta industrial que debía comenzar a funcionar en el año 2010, se halla desmantelada y totalmente desecha por determinación de una Cámara de empresarios chinos que poco le interesó el bienestar de los trabajadores y por ende la prosperidad del país.

El Secretario de ATILRA manifiesta “….. distinta sería la situación, si el comprador hubiera sido el empresario de Magdalena”

Según ha trascendido, los actuales propietarios, es decir la Cámara de Supermercadistas Chinos adeudan  elevadas sumas de dinero en concepto de impuestos provinciales a ARBA y tasas municipales a la Municipalidad de Lezama, significando ello el desinterés absoluto en contribuir  con el país.

Un verdadero “cuento chino” que una Cámara empresarial le hizo a los trabajadores y a la Justicia argentina, la cual no logró que se efectivizara la obligación de  reactivar la planta industrial y habiendo transcurrido tanto tiempo ello ya es prácticamente imposible.

Una vez más, los  perjudicados resultaron los trabajadores.-

Fuente: “Asia InfoNews”

(http://asiainfonews.com/argentina/economia/1535-cuento-chino/)

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