Indignación por la presunta detención arbitraria por parte de la justicia dolorense, quien dispuso hace poco prisión preventiva a un castellense de 35 años, acusado de abuso en 2017.
Familiares y amigos presentarán pruebas certeras que contradicen las afirmaciones de la menor y madre denunciantes.
Aseguran que la justicia dejó agotar los plazos que estipula la prisión preventiva desde su detención, lo que imposibilitó que dichas pruebas se evaluaran al dictar el fallo.
Entre el material probatorio se encontrarían numerosos mensajes, conversaciones y publicaciones que contradicen categóricamente las declaraciones vertidas tanto por la menor como por su madre. Del mismo modo, existen meses de conversaciones con la madre denunciante, en los que constan todo tipo de insultos y amenazas de represalias legales en relación a un odio personal previo a las denuncias. Existen además diversas capturas de manifestaciones públicas posteriormente eliminadas por las denunciantes, que comprometerían gravemente sus testimonios.
Aseguran que la investigación no contempló las numerosas contradicciones entre los dichos de la menor y su madre, como tampoco los claros vestigios de manipulación sobre la menor en relación a sus propios dichos acerca de vivencias heredadas, de las cuales no pudo ser partícipe, sino que le fue inculcado.
Cuestionan los procedimientos periciales, ya que no existió pericia física. Por otra parte, las pericias psicológicas (no son cámara Gesell) se completaron en 3 instancias, en una de las cuales se advirtió un direccionamiento. También consta en pleno proceso investigativo una denuncia relatada completamente por la menor y atestiguada luego por su madre, sobre una infracción de acercamiento que, tal como se corroboró luego con toda claridad mediante cámaras de seguridad del Municipio, jamás existió tal secuencia, sino que nada de lo que se relató sucedió, y se dio efectivamente esta fabulación frente a las cámaras.
Por todo esto, y con plena seguridad de su inocencia se llevarán a cabo numerosas marchas en defensa de éste y con el apoyo de otras familias que se ven perjudicadas en casos similares.
“Pensamos que afortunadamente tenemos pruebas, y aún así hay un inocente privado de su libertad. Pero seguro no todos los casos tuvieron la lucidez de guardar pruebas, mensajes y otros. Es grave lo que está pasando.
La perspectiva de género está bien para los casos ciertos, pero se convierte en una inquisición porque hay que dar por cierto que algo sucedió, y aún cuando se presentan pruebas tan concretas como en este caso, que desmienten el abuso, no se deja lugar a la duda. Se afirma el hecho como en la época de la Inquisición, todo te lo justifican con supuestos y conclusiones psicológicas como si tuvieran la máquina de la verdad, y no es así.”
“Lo que practican es la posverdad: dan por cierto algo y luego lo justifican eligiendo argumentos que no contradigan lo que creen.” Comentan desde el entorno del imputado.