Las burlas que generó la frase de la diputada Elisa Carrió sobre las propinas y las changas fueron tomadas por el kirchnerismo para un polémico proyecto de ley: la obligatoriedad de las propinas para gastronómicos y hoteleros.
La iniciativa fue presentada por Fernanda Vallejos, quien encabezó la lista de diputados de Unidad Ciudadana en la provincia de Buenos Aires. El proyecto contempla que los empleados pasarían a ganar un extra del equivalente al 10% de lo que consuman los clientes.
Además del mínimo del 10% de propina obligatoria, la iniciativa estimula que “el laudo recomendado adicional será del 5% y en la factura deberá constar de manera explícita la recomendación”.
El ingreso de propinas no quedará en manos del mozo o trabajador particular que las reciba, sino que “serán repartidos de forma semanal, equitativa y proporcional a las horas trabajadas entre el conjunto de los trabajadores del establecimiento”.
Para compensar este incremento en las facturas, Vallejos propuso que “cubiertos, uso de mesa, o cualquier servicio equivalente” no sean cobrados.
“La limosna para mí fue siempre un placer de los ricos: el placer desalmado de excitar el deseo de los pobres sin dejarlo nunca satisfecho. Para que la limosna fuese aún más miserable y más cruel inventaron la beneficencia y añadieron el placer de divertirse alegremente con el pretexto del hambre de los pobres”, citó Vallejos a Eva Perón.
