Un comisario de a bordo entró a Necochea escondido en el baúl de su auto para ver a su madre

Francisco Díaz

“Tengo que ir arreglarle el calefón a mi mamá”. La insistencia de un comisario de a bordo de Austral, no tuvo el efecto buscado ante los inspectores de tránsito de Necochea, que le impidieron ingresar a la ciudad, más que nunca en alerta por los contagios masivos de coronavirus​ que disparó un escandaloso baby shower.

El hombre, de 47 años, había viajado desde su casa de Parque Chacabuco, en Buenos Aires, aunque el permiso de circulación por 48 horas, como personal “especial esencial” para “asistencia de un adulto mayor”, tenía un error geográfico importante en el domicilio al que pretendía concurrir: “ciudad de Quequén, partido de Lobería”.

Frustrado, Sebastián pegó la vuelta y se fue a comer algo a la estación de servicio de la ruta provincial 88, a pocos metros, pero al día siguiente y a misma hora (dos y media de la tarde) renovó el intento, aunque escondido en el baúl.

Los mismos agentes reconocieron el Peugeot 207 Compact azul, que ahora manejaba un peluquero con domicilio en Necochea.

“¿Y el dueño del auto dónde está?”, le preguntaron al conductor, de 61 años.

“Se fue a Buenos Aires”, respondió.

¿Y en qué se fue?”, insistieron, ya sospechando algo irregular.

“No sé“, balbuceó.

Como no tienen potestad para abrir los baúles de los vehículos, los inspectores le permitieron el acceso al peluquero, pero notificaron de la situación a la DDI de Necochea. Los policías fueron al domicilio de la calle 559, en la ciudad de Quequén -lindera a Necochea-, que figuraba en el permiso de circulación. Y ahí estaba el hombre, quien terminó admitiendo que había entrado escondido en el baúl, según fuentes municipales.

Su mamá, Norma, de 79 años, estaba feliz de haberlo visto después de más de 100 días de cuarentena obligatoria, aunque ahora su hijo afronta una causa federal por violación del decreto y ambos quedaron en aislamiento. También debió quedar confinado, y con una imputación en su contra, el peluquero que lo ayudó a entrar.

El director municipal de Tránsito de la Municipalidad, Julián Corro, dijo que las maniobras para ingresar a Necochea, desde Buenos Aires, son habituales, aunque el incidente con el comisario de a bordo los sorprendió.

A la ciudad se puede ingresar por cuatro carreteras: 227, 228, 88 y 86. Pero han colocado terraplenes y realizado zanjeos para evitar que los conductores evadan los controles, sobre todo en terrenos linderos a la avenida Circunvalación, entre la ruta provincial 227 y el Puente Taraborelli. Ha pasado, incluso, que se metieran en campos, rompiendo alambrados, para esquivar los retenes, que están las 24 horas.

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