Con apenas 90 días de vida, Ludmila ingresó a la Unidad de Pronta Atención (UPA) Nº 10, en Berazategui, con un cuadro de riesgo respiratorio. La rapidez con la que fue atendida resultó crucial para lograr su estabilización y el posterior traslado a un centro de salud.
La nena llegó por un cuadro de obstrucción de vía aérea, un caso muy complicado, con problemas de oxigenación en la sangre. Era una paciente de riesgo y fue derivada al sector de urgencias, donde la asistió el equipo completo de atención pediátrica”, explicó el director de la UPA, Pablo Costa. Ludmila requería internación en una institución de mayor complejidad de manera urgente, por lo cual se coordinó su derivación al hospital regional “Evita Pueblo” y finalmente, porque tenía obra social, fue trasladada a un centro privado.
Costa destacó la decisión de sus padres de haber llevado a Ludmila a la UPA, a pesar de contar con cobertura social: “Si se hubiera demorado la asistencia, esto podría haber generado una gran complicación para su cuadro”. Y agrega: “Si esta unidad no hubiera existido, la nena posiblemente habría llegado a otro centro de salud en un estado mucho más grave”.
“Vinimos de urgencia porque Ludmila empezó a ahogarse. Todo el equipo médico se movió para atenderla. Le dieron oxígeno, corticoides y le hicieron nebulizaciones. Mi bebé fue recuperándose y salió de la crisis. El médico de guardia me consultó si la podían trasladar al Hospital Evita Pueblo y en menos de 10 minutos llegó la ambulancia del CEM, dependiente de la Municipalidad de Berazategui, que se encargó del traslado. La nena quedó internada en Pediatría, donde fue estabilizada por completo. Finalmente la trasladamos al hospital de mi obra social”, contó Damián Gómez, papá de Ludmila.
