“Recen por mí”. Con esa frase ya emblemática en él, el Papa Francisco se comunicó en su primer aniversario en el pontificado.
Fue a través de un mensaje en Twitter y sin ningún otro tipo de declración, ya que se encuentra celebrando ejercicios espirituales fuera del Vaticano.
Es así que no hay previsto ningún acto que recuerde aquella tarde cuando Jorge Bergoglio fue elegido tras un cónclave breve.
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Mientras Francisco está desde el domingo retirado en Ariccia (a unos 30 kilómetros de Roma) junto con el resto de cardenales y obispos de la Curia para una semana de oraciones y reflexiones durante la Cuaresma, aquel “Hermanos y hermanas, buenas tardes” que resonó en la Plaza de San Pedro, a las 20.24 horas (16.24 de la Argentina) del 13 de marzo, se escucha desde hace días en todos los medios.
La primera votación de los purpurados llegó a las 19.41 horas (15.41 de la Argentina) del martes 12 de marzo y la “fumata negra” salió de la chimenea colocada en el tejado de la Capilla Sixtina. “Entre los cardenales se había difundido un sentimiento anti-italiano”, explicó el cardenal peruano y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani.
En esta primera votación el cardenal Angelo Scola resultó el más votado con unas 30 preferencias, pero apareció con 25 votos Jorge Bergoglio, quien ya había recibido numerosos apoyos en el Cónclave que eligió a Benedicto XVI.
Aquella tarde, los cardenales cenaron recordando las palabras de Bergoglio durante las reuniones anteriores al Cónclave en las que repetía con insistencia la necesidad de que la Iglesia “tenía que salir de sí misma” que estaba “enferma”, explicó el arzobispo de Lyon, el cardenal Philippe Xavier Ignace Barbarin.
A las 18.50 horas (14.50) comenzó la sexta votación, en la que Bergoglio consiguió más de los dos tercios necesarios, cerca de 90 votos.
El arzobispo de Buenos Aires, como él mismo relató, estaba sentado entre su amigo el arzobispo emérito de San Pablo, el cardenal Claudio Hummes y el portugués José Da Cruz Policarpo, “Cuando los votos llegaron a los dos tercios y los cardenales aplaudieron, él me abrazo y me besó y me dijo: ‘no te olvides de los pobres’”, relató el mismo Bergoglio para explicar su elección del nombre Francisco, el santo de la pobreza, de la paz y de la defensa de la Creación.