La falta de turistas en los principales destinos de la provincia de Buenos Aires volvió a encender las alarmas. Como ocurrió en Semana Santa, este nuevo fin de semana largo, que tuvo como epicentro el feriado del 1° de mayo, dejó más dudas que certezas en el sector turístico bonaerense.
Desde distintos organismos de turismo de la Costa Atlántica, confirmaron que la afluencia de visitantes fue notoriamente baja, muy lejos de lo esperado para una fecha tradicionalmente fuerte en materia de escapadas. Incluso en Mar del Plata, donde las reservas hoteleras apenas alcanzaban el 50%, destacaron que la ocupación real estuvo muy por debajo de esa cifra.
Uno de los factores determinantes fue que el viernes 2 de mayo no fue feriado, sino sólo un día no laborable, lo que implicó que muchas personas debieran asistir a sus trabajos y, en consecuencia, no pudieran extender su descanso. A eso se suma la cercanía con el reciente feriado de Semana Santa, que también mostró niveles flojos de turismo, y el factor económico, que sigue condicionando la posibilidad de viajar para muchas familias.
En cuanto al movimiento vehicular, las rutas 2, 3, 11 y 30 —los principales corredores hacia la costa— no registraron grandes congestiones durante el miércoles ni el jueves. Si bien hubo tramos con tránsito fluido e intenso, no se produjeron demoras importantes ni embotellamientos.
Las expectativas ahora están puestas en los feriados largos de junio y, sobre todo, en las vacaciones de invierno, que serán claves para revertir este escenario de incertidumbre. Desde el Ente Municipal de Turismo y Cultura de Mar del Plata (Emturyc) ya habían anticipado que este fin de semana largo “no sería tan relevante” como otros, una previsión que terminó cumpliéndose con creces.