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No es ahorro, es desmantelamiento: Trabajadores advierten sobre el grave error de cerrar la ANSV

En respuesta al decreto que dispone su disolución, empleados de la Agencia Nacional de Seguridad Vial difundieron un mensaje a la prensa explicando por qué no debe cerrarse.

En el texto remarcan que su labor es esencial para salvar vidas, reducir la siniestralidad vial y garantizar controles efectivos en todo el país. Además, advierten que el traspaso de funciones a Gendarmería representaría un grave retroceso institucional y pondría en peligro la seguridad de millones de personas.

Hacen saber que el Decreto 461/2025, que ordena la disolución de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y el traspaso de sus funciones a Gendarmería Nacional, ha generado fuertes críticas desde diversos sectores, señalando que se trata de un grave error político, legal y técnico. A continuación el comunicado:

control alcohol cero

Creada en 2008 mediante la Ley N.º 26.363, la ANSV es un organismo técnico, autárquico y autofinanciado con un objetivo claro: reducir la siniestralidad vial en la Argentina. Funciona sin generar gasto para el Estado —se financia con el 1% de los seguros— y ha demostrado resultados concretos y auditables.

Entre sus funciones clave se destacan:

  • Controles de velocidad y alcohol con tecnología homologada.
  • Coordinación de operativos en rutas de todo el país.
  • Campañas de concientización y educación vial.
  • Scoring nacional de licencias y auditorías de talleres.
  • Implementación de la línea 149 para atención gratuita a víctimas de siniestros.
  • Observatorio de seguridad vial y aplicación de la Ley de Alcohol Cero.

Desde su creación, la ANSV logró reducir las víctimas fatales en siniestros viales de 5.361 en 2008 a 3.894 en 2024, salvando más de 1.400 vidas por año.

Solo en 2024:

  • Se realizaron 70.000 operativos, superando las metas.
  • Se controlaron más de 3 millones de vehículos.
  • Se labraron más de 20.000 actas por alcoholemia, con 18.000 licencias retenidas.

Eliminar la ANSV supone un retroceso institucional que:

  • Rompe la coordinación federal con provincias y municipios.
  • Sustituye a personal técnico por fuerzas de seguridad sin formación vial.
  • Abandona el control de más de 3.600.000 vehículos proyectados para 2025.
  • Deja zonas críticas sin fiscalización y pone en riesgo vidas humanas.

Además, Gendarmería no cuenta con el equipamiento ni la capacitación específica para reemplazar las funciones de la ANSV. Solo tiene 53 convenios municipales activos (menos del 3% del país), frente al marco federal integral de la Agencia.

El decreto se basó en un informe de Gendarmería Nacional que presenta datos erróneos y tergiversaciones:

  • Desconoce la ley que rige a la ANSV.
  • Sobreestima la participación de Gendarmería en operativos.
  • Menciona costos que en realidad son mínimos (solo el 2% de los operativos requieren apoyo).
  • Desconoce el valor de la tecnología y flota propia que posee la ANSV.

Cerrar la ANSV no es una medida de ahorro, sino un acto de desmantelamiento institucional que:

  • Destruye una política pública efectiva.
  • Debilita la articulación entre jurisdicciones.
  • Reduce los controles en rutas.
  • Aumenta el riesgo vial en todo el país.

Con solo 700 trabajadores en todo el país, la ANSV es una de las políticas más eficientes del Estado argentino. Su eliminación atenta contra el derecho a la vida, consagrado por la Constitución Nacional y tratados internacionales.

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