“El motivador del nudo vial”: el hombre que todos los días durante dos horas levanta un cartel en un semáforo

Hernán Martin

Abel Trillini tiene 45 años, una esposa y tres hijas. Desde el año 2016, antes de ir a su trabajo, dedica dos horas de su día a alzar, en una esquina de la ciudad de Mendoza, un mensaje positivo.

El hombre del cartel

El nudo vial es la vía de acceso este a la ciudad de Mendoza. Allí convergen autopistas, avenidas, calles, una terminal de micros, casas de comidas rápidas, estaciones de servicio y hoteles.

Justamente en ese lugar, Abel levanta, desde el lunes 15 de agosto de 2016, su cartel para darle un mensaje positivo a las personas que cruzan por allí.

“Quería que ese lugar en vez de ser algo negativo, sea algo positivo”, dice. Empezó a hacerlo un lunes, dos días después de que su sobrino le dedicara una canción.

El origen de su mensaje

El sábado 13 de agosto de 2016 la banda local Willy Tertulian tocó en N8, un espacio cultural y sala de shows. Abel fue a ver su sobrino y descubrió que le había dedicado una canción.

El tema decía: “Puedo ver que detrás de tus risas hay miserias, pocos hay en esta historia que comprendan tus memorias”.

“Cuando la empecé a escuchar, le pregunté a mi mujer: ‘¿está hablando de mí?’. ‘Sí’, me respondió. Quedé de patas para arriba”, eso significó un shock para el hombre y la decisión de cambiar de vida.

Finalmente determinó pararse en una esquina a blandir un mensaje positivo con el traje italiano que su esposa le había regalado para su boda.

En una cartulina blanca escribió: “Sonrían porque están vivos y solo por eso hoy puede ser un día hermoso, queda en ustedes“.

Suceso y repercusión

“No me imaginé tanto éxito. Pensé que iba a tener que remarla mucho más. La gente se preguntaba qué estaba haciendo este tipo acá. Cuando leían el cartel se les llenaba la cara de sonrisas. La gente se volvía loca. Al otro día salí en el diario, di entrevistas”, recordó Trillini.

¿De dónde saqué tanta euforia? Fueron tantas las mañanas que quise estar muerto que ahora que estoy vivo sonrío. Por eso puse eso: sonrían porque están vivos. Quería con un cartel y once palabras cambiarle el día a alguien”, confiesa.

Una historia trágica

Abel Trillini tiene 45 años. Nació, se crió y vive en Mendoza. De niño, vivió un infierno familiar: “Cuando tenía cuatro años, mi viejo llevó todo al límite: la fajó a mi vieja varias veces y se separaron. Nunca más volví a verlo hasta los 16 años porque me dijeron que se estaba muriendo”.

En 1997 emigró a Estados Unidos con su esposa y vivió otra tragedia cuando casi pierde la vida: “La escalera se resbaló y cayó, yo alcancé a agarrarme del techo. Aguanté segundos agarrado pero fueron como siete días que estuve cayendo”.

Cayó tres pisos y doce metros. Fue el mensaje que lo hizo volver a su Mendoza natal. Ahora se dedica a escribir mensajes de fe y esperanza.

“Lo pinto con pintura económica. Es la más fácil de limpiar. Lo lavo todos los días. El 95% de la gente lo lee y me saluda. Pero hay otros que viven muy enojados y ni siquiera leen el cartel me dicen ‘planero’, ‘garca’, me dicen que vaya a laburar. Y sí, después me voy a laburar”, relata.

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