Los rugbiers juzgados por el asesinato de Fernández Báez Sosa ya recibieron sus condenas y ahora el Servicio Penitenciario debe decidir dónde enviarlos.
El más complicado
Máximo Thomsen, señalado como la persona que le dio los golpes mortales al joven asesinado, no tendría el mismo destino penal que los otros condenados.
Esto se debe a que el Servicio Penitenciario teme que el resto de la población carcelaria lo ataque y ponga en riesgo su vida.
Por ese motivo, a diferencia de sus compañeros, Thomsen sería enviado a una prisión de máxima seguridad (por ejemplo, Sierra Chica) para “resguardar su seguridad”.
El pedido de la defensa
Hugo Tomei, abogado de los ocho rugbiers, busca que todos los condenados sean trasladados de la alcaldía de Melchor Romero, donde ya pasaron 3 años esperando el juicio, al penal de Campana, para que estén lo más cerca posible de sus familias, todas residentes en Zarate.
