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La tragedia del Riachuelo: el día que un tranvía se llevó más de cincuenta vidas

El 12 de julio de 1930, un trágico accidente marcó la historia de Buenos Aires cuando un tranvía, repleto de trabajadores, se hundió en el Riachuelo. El incidente se cobró 58 vidas, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva de la ciudad, justo en un contexto político y social convulso.

¿Cómo fue el accidente del tranvía en el Riachuelo?

El accidente ocurrió alrededor de las seis y cuarto de la mañana. Un tranvía de la línea 105, con capacidad para 36 pasajeros sentados y 22 parados, avanzaba rumbo a Plaza Constitución cuando, sin una clara advertencia, se dirigió al Puente Bosch que cruza el río. A pesar de las alarmas y las luces rojas que indicaban el alzamiento del puente para el paso de una embarcación, el motorman Juan Vescio no logró detener su marcha.

tranvia

Los informes indican que efectivamente hubo una falla mecánica en el tranvía, lo que generó incertidumbre sobre si Vescio pudo o no accionar los frenos a tiempo. Varios testigos relataron que el vehículo pasó por el puente a gran velocidad y cayó al agua en un instante devastador.

¿Cómo reaccionaron las autoridades ante la tragedia?

El rescate fue complicado debido a la falta de recursos inmediatos. Los cuerpos de las víctimas no fueron recuperados hasta después de que los buzos del Ministerio de Obras Públicas llegaron al lugar. Para las 1:30 de la tarde, se habían recuperado 48 hombres y 5 mujeres. La imagen de Leonardo Puma, un niño de 14 años con un sándwich en el bolsillo, se convertiría en un símbolo del dolor de la tragedia.

La conmoción fue tal que dirigentes políticos, como el intendente de Buenos Aires, José Luis Cantilo, se hicieron presentes en la escena. Sin embargo, este horrendo evento se vio opacado por una inminente crisis política: el golpe de Estado del 6 de septiembre, que cambiaría el rumbo de la Argentina por muchos años.

Tranvía riachuelo

¿Qué determinó la justicia tras la tragedia?

La investigación judicial quedó a cargo del juez federal Miguel Jantus, quien inicialmente detuvo al encargado de accionar las alarmas, Manuel Rodríguez, pero pronto lo liberó al ser considerado un testigo. La culpa recayó principalmente en Vescio, aunque también se señalaron fallas de mantenimiento en el tranvía y en el sistema de señalamientos del puente.

El resultado final del juicio dictaminó la responsabilidad de la Compañía de Tranvías Eléctricos del Sur por no tener un control adecuado sobre sus unidades. El tranvía fue remotorado y continuó en circulación hasta la década del 40, mientras que el Puente Bosch sufrió modificaciones e eventual cierre hasta su rehabilitación en 2008.

Las indemnizaciones a las familias tardaron más de diez años en ser pagadas.

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