La provincia de Corrientes está prendida fuego: hay focos por todos lados –más centrados en el centro-norte– en un bioma de pastizales resecos por falta de lluvias, donde también hay forestaciones de pinos, una combinación fatal: cuando cambia el viento, las llamas van para un lado u otro.
En ese contexto trabajan desde hace más de un mes y medio centenares de Bomberos Voluntarios de esa provincia, a los cuales se sumaron en las últimas horas brigadistas y otros Bomberos de varias provincias argentinas.
En cumplimiento del deber, lamentablemente murió un Bombero Voluntario cuando volvía de Yapeyú por la ruta 122 para retomar el combate al fuego en un incendio forestal. En un acoplado llevaba un tanque de agua que provocó el despiste de la camioneta en la que viajaba.
Se trata de José Luis Mombaj, de 38 años, quien trabajaba como empleado municipal y era voluntario en el cuartel de bomberos de Yapeyú.
Junto con Monbaj se trasladaba Jonathan Barboza de 26 años, fue llevado de urgencia hacia el hospital local, donde los médicos le diagnosticaron que las lesiones que presentaba no eran de gravedad.
Su fallecimiento se volvió viral en las redes sociales en las últimas horas pero cabe señalar que el mismo se produjo el martes 11 de enero del corriente año 2022.
En declaraciones radiales, un compañero del socorrista, llamado Tino Fagúndez, aseguró que el deceso se produjo como consecuencia del alto nivel de demanda que tienen debido a los incendios de pastizales y árboles utilizados en la industria forestal.
En Corrientes las jornadas para detener el fuego son intensas. Brigadistas, bomberos y vecinos intentan pararlo pero si no llueve la semana que viene el panorama es cada vez menos alentador. La provincia, que fue declarada ayer por su gobernador, Gustavo Valdés, como “zona de catástrofe ecológica y ambiental”, ya lleva afectadas más de 785 mil hectáreas. El mandatario estimó este sábado que las pérdidas van a superar los 40 mil millones de pesos.
