En el verano del 2013, Damián Sepúlveda, de entonces 27 años, apareció sin vida en uno de los calabozos de la comisaría de General Madariaga.
La policía Bonaerense adujo de inmediato que el deceso se había producido a causa de un suicidio.
Una segunda autopsia al cuerpo solicitada por la fiscalía y la Comisión Provincial por la Memoria convalidó las presunciones de la familia de la víctima: antes de fallecer en el interior de la dependencia, y bajo custodia policial, el joven fue golpeado ferozmente.
En agosto pasado, en el marco de la investigación de la causa en la que interviene el fiscal Juan Pablo Calderón, caratulada “Sepulveda Damián s/torturas seguidas de muerte” y radicada en la U.F.I D. 3 de Pinamar, doce policías que se encontraban presentes el día del hecho quedaron finalmente imputados.
Ahora, la familia de la víctima, -radicada en Mar del Plata-, presentó una nota al Concejo Deliberante de Madariaga con el fin de solicitar que “se analice y determine la responsabilidad política y administrativa del titular del ejecutivo, Cristian Popovich en el hecho ocurrido el 13 de enero del año 2013”.
En su escrito, los parientes de Damián señalan que “con dolor y esfuerzo hemos trabajado durante este tiempo cooperando con la justicia para demostrar que la versión policial no era verdadera” y, en ese sentido, agregan: “Haber podido demostrar esto nos da una dolorosa satisfacción, pero también nos llena de angustia y preocupación, ya que nos hace ver que la maldita y salvaje policía aún está vigente en la Provincia”.
De tal modo, entienden que en el hecho “hay responsabilidad penal de los autores y cómplices del asesinato, pero también política de parte del jefe comunal, quien tiene a su cargo el control y la dirección de esa fuerza policial”. En función de lo dispuesto en la Ley Orgánica de la Municipalidades de la provincia de Buenos Aires, la familia de Sepúlveda solicitó entonces de manera formal al HCD, que determine la responsabilidad política y administrativa del titular del Ejecutivo local.
Fuente: 0223.com.- Foto: Revista Ajó