La Costa: Amenazan con quemar la casa de dos vecinos que regresaron de un crucero por Italia

Francisco Díaz

“Esto pasó hoy en la calle Newton. Un operativo a italianos que vinieron de Italia. Dicen que la chica está infectada y nuestros servidores públicos se tienen que arriesgar para evitar que la inconsciencia de algunos nos contagie a todos”, comentó una vecina de Nueva Atlantis, partido de la Costa, en Facebook a raíz de la viralización de un confuso video donde solo se veía al personal de Defensa Civil conversando desde la calle con los moradores de una vivienda.

La inusual indumentaria que llevaban, esa especie de traje de astronautas que utilizan el personal de salud y las fuerzas de seguridad para protegerse del coronavirus, revolucionó al barrio de tal manera que todos pensaron que se trataba del primer caso positivo en esa localidad del Partido de La Costa.

“¿Por qué no dicen la verdad, si hay casos de coronavirus o no? ¿Qué ganan ocultando?”, se preguntaban otros usuarios en esa red social. La incertidumbre y la falta de información oficial hizo que la paranoia se apoderara del barrio y empezaran los agites virtuales para ir a “prenderles fuego” la casa como si se tratara de una especie de “caza de brujas”.

Advertidos de esta situación, Norberto Cavaco (62) y Liliana Flores (56) entraron en una crisis nerviosa: no podían parar de llorar ante el temor de que la gente hiciera “justicia por mano propia”.

El matrimonio, que es oriundo de Ramos Mejía y está instalado desde hace 4 años en Nueva Atlantis, jamás se imaginó que al volver a su hogar después de una atormentada travesía a bordo del crucero Costa Pacífica iba a ser víctima de semejante discriminación.

“Los que nos conocen empezaron a llamarme para decirme que la gente pensaba que éramos italianos y que mi mujer estaba infectada. Trascendió cualquier cosa a raíz de un video filmado por una vecina que no sé ni quién es. Vivimos una situación terrible y entramos en una crisis nerviosa con mi señora. No me tienen por qué escrachar si no saben quién soy”, se lamentó Norberto.

El hombre, que es dueño de un negocio de aberturas en Nueva Atlantis, dijo que a raíz de su llegada de un país considerado “de riesgo” se activó un protocolo sanitario que contó con la participación del personal local de Defensa Civil. “Imaginate que estamos hablando de un pueblo donde viven 400 personas. Por eso, cuando bajan de una camioneta tres personas vestidas como si fuesen astronautas se revolucionó todo el barrio”, señaló.

Más allá de que no presentaban ningún síntoma, les explicaron que debían permanecer encerrados sin tener contacto con nadie y que iban a ser monitoreados permanentemente hasta que se cumplieran los 14 días de su arribo al país.

Como por ahora no pueden hacerlo y nadie quiere ayudarlos por temor a un supuesto contagio, les tocó vivir momentos desesperantes cuando los alimentos que les habían comprado sus hijos (todos viven en Buenos Aires) antes de su llegada empezaron a escasear.

“Al igual que el personal médico del hospital de Mar del Ajó, que nos llama dos veces por día para saber cómo nos sentimos, el subcomisario Pablo Abeleyra también lo hace a diario para preguntarnos si necesitamos algo. Fue ahí cuando le pedí si tenía a alguien conocido para mandarme para que me hiciera las compras porque ya no teníamos ni pan ni leche ni agua”, relató Norberto.

Para su sorpresa, el subcomisario se mostró dispuesto a tenderles una mano y los contactó con uno de sus propios efectivos para que los asistiera. “Lo tengo todo grabado con mi celular. El sargento Dardo vino hasta nuestra casa con la mercadería que necesitábamos. Cuando todos nos dieron la espalda, la Policía de la Provincia de Buenos Aires fue la única que nos ayudó”, se emocionó.

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