Arturo Galarza, el encargado de un campo ubicado en el distrito bonaerense de Punta Indio y que es alquilado por el consignatario de hacienda de Gervasio Sáenz Valiente, llamó desesperado a éste por la aparición de un extraño animal en un potrero del mismo.
“Patrón, venga para donde está la bebida nueva que puso para las vacas que hay un bicharraco grande y no es un carpincho porque tiene una cola muy larga. No me quiero bajar del caballo, no va a ser cosa de que me corra” le dijo Galarza a Sáénz Valiente quien rápidamente acudió al lugar y para su sorpresa comprobó que se trataba de un elefante marino
“Cuando fui hasta el lugar y lo vi cerca de la bebida, no podía creer. Hemos visto ballenas y delfines muertos, que llegaban por efecto de la marea. Pero la aguada está a unos 2000 metros de la costa, la única forma que pudo haber llegado hasta allí es por el canal aliviador”, dijo el consignatario de hacienda.
Luego de la sorpresa inicial se contactó con expertos para que le indicaran la manera de actuar ante esta insólita situación.
Con la ayuda de sus hijos que hacían golpes por detrás tal como le indicaron los profesionales, el animal comenzó a moverse poco a poco. Pero de un momento a otro el elefante marino no quiso seguir avanzando y se plantó.
Fue así que el productor llamó nuevamente a los guardaparques para que lo vengan a buscar y lo devuelvan a su hábitat natural. Sin embargo, cuando llegaron el animal había desaparecido.
Al otro día, Sáenz Valiente volvió a recorrer el campo y lo encontró nuevamente dentro de una batea de cemento repleta de agua.
Tras infructuosos intentos por intentar retirarlo de allí decidió llamar a los guardaparques para que se lo llevaran quienes finalmente lo atraparon y lo devolvieron en las playas de San Clemente del Tuyú.
Los expertos indicaron que se trataba de un pichón de ocho meses que aun se amamanta, que puede mantenerse varios días sin alimentarse, por las reservas de grasa que tiene su cuerpo y que se habría perdido de la manada.